sábado, 5 de marzo de 2016

La aparición de un cuchillo da un vuelco a la saga de O.J. Simpson.


La saga judicial protagonizada por la exestrella del fútbol americano O.J. Simpson dio un vuelco este viernes con la aparición de un cuchillo, que podría estar conectado con los homicidios de su exesposa y de un amigo de ésta perpetrados en 1994.

El departamento de policía de Los Ángeles (LAPD) dijo estar investigando un cuchillo que supuestamente estaba enterrado en la antigua vivienda de Simpson y que fue encontrado por un obrero durante unos trabajos de demolición.

Este individuo lo entregó tiempo después a un agente del LAPD jubilado.

"Este último mes, el LAPD prestó atención a un ítem que supuestamente fue recuperado por un ciudadano en la propiedad de la calle Rockingham", situada en el barrio de Brentwood, al oeste de Los Ángeles, explicó en una rueda de prensa el portavoz policial Andrew Neiman.

"Necesitamos examinar esto. Todavía no sabemos si ésta es la historia verdadera de cómo este objeto llegó a nuestras manos", precisó.

El sitio especializado en celebridades TMZ aseguró que el instrumento de cocina estaba enterrado en el terreno de la vivienda.

Neiman dijo que el agente retirado, quien podría enfrentar cargos, recibió el cuchillo cuando estaba interpretando a un policía como personaje secundario en el rodaje de una película.

"Creo que como oficial del LAPD, si esta historia es verdadera, tal y como nos han dicho, en cuanto entras en contacto con nuevas pruebas, tienes que entregarlas a los investigadores", manifestó.

El abogado Carl Douglas, que formó parte del equipo legal que defendió al exdeportista en el juicio, consideró que la posibilidad de que el objeto esté conectado con los crímenes es "ridícula".

"Es increíble cómo el mundo no puede dejar atrás este caso", afirmó el letrado en declaraciones al diario Los Angeles Times.

"El mundo y los medios de comunicación parecen seguir fascinados por todo lo que tenga que ver con O.J. Simpson", agregó.

- El juicio más mediático -

Nicole Brown y su amigo Ronald Goldman fueron asesinados el 12 de junio de 1994 con un objeto de hoja larga que nunca fue encontrado.

La policía apuntó desde el primer momento a Simpson, ahora de 68 años, como principal sospechoso de los homicidios.

Las creencias de los investigadores se hicieron más fuertes cuando el exdeportista protagonizó cinco días después la famosa persecución a bordo de un Bronco blanco por las autopistas de Los Ángeles, que fue seguida por televisión por millones de personas.

Llevaba una pistola y las autoridades temían un desenlace fatal.

Tras un juicio de nueve meses, cubierto por más de 2.000 periodistas de todo el mundo, Simpson fue declarado no culpable y libre de todos los cargos el 3 de octubre de 1995.

El veredicto, seguido por 145 millones de telespectadores, causó una gran polémica y sus detractores acusaron al jurado de ignorar las pruebas -10 de los 12 miembros eran negros, como Simpson-.

El proceso dejó imágenes tan controvertidas como el momento en el que el exdeportista se enfundó un guante con sangre encontrado en la escena del crimen y probó que le iba pequeño, queriendo desacreditar una de las pruebas fuertes de la acusación.

La polémica sobre el caso volvió a dispararse dos años más tarde, cuando fue condenado a pagar 33,5 millones de dólares a las familias de las víctimas en un juicio civil celebrado en Santa Mónica (California), al ser hallado "responsable de las muertes" de Brown y Goldman.

La saga judicial dio pie a la serie "The People v. O.J. Simpson", que actualmente triunfa en Estados Unidos.

Los problemas de Simpson con la justicia no terminaron ahí. En 2007 fue detenido por un robo a mano armada y secuestro en Las Vegas (Nevada, oeste) perpetrado por un grupo de hombres.

El exdeportista terminó siendo declarado culpable y condenado a entre nueve y 33 años de cárcel, una pena que purga desde 2008 en un correccional de Nevada.