La leyenda de Chespirito seguirá vigente.
Murió Roberto Gómez Bolaños. El creador de famosos personajes como El Chavo del Ocho y El Chapulín Colorado, por mencionar algunos. Pero aunque dio su último suspiro, no por eso desaparece. Se fue su presencia física pero es ahora cuando el mito de este hombre retoma mayor fuerza.
“El chavo del Ocho fue el programa número uno en audiencia al alcanzar de 55 a 60 puntos de rating”
Roberto Gómez siempre fue una leyenda. Nació en la Ciudad de México en 1929. Nunca quiso ser actor, aunque la primera vez que lo hizo tenía 29 años. Sus sueños iban dirigidos hacia la ingeniería y por eso se dedicó a estudiarla en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Por esos años nunca imaginó lo que no mucho tiempo después alcanzaría con su ingenio y creatividad.
Una barra de comedias televisivas, tres películas interpretadas por él mismo, una serie animada y un contrato vitalicio con Televisa son el legado de sus años de trayectoria artística.
Él fue no sólo la figura cómica más importante de México, también tuvo una fuerte presencia en América Latina.
La grandeza de su obra radica en que continua vigente, pese a que no haya problemas actuales. Y es que Chespirito, pese al paso de los años, jamás salió de la televisión.
Su legado ha sido motivo de diversos homenajes. Uno de los más llamativos, en el 2012, fue realizado en 11 países de manera simultánea.
Su programa es el único que se ha presentado en toda Latinoamérica y que, en algún momento, ha estado, en cada uno, en el primer lugar de rating.
Un ídolo internacional
Su popularidad llegó a mover grandes masas: coreografías, concursos de imitadores, canciones y libros con fotografías inéditas son algunas de las muestras de cariño por parte de sus seguidores.
Pero entre más tiempo pasaba, su popularidad subía como la espuma: millones de latinos han disfrutado las repeticiones de sus series. Entonces Chespirito se volvió inmortal. No importa la edad de sus seguidores, chicos y grandes conocen su obra.
Su presencia en Twitter también fue abrumadora. A poco tiempo de haber iniciado su cuenta en esta red social, logró sumar casi 2 millones de seguidores.
Fue en Acapulco que Gómez Bolaños conoció al bolerito, que, al intentar comprar una torta de jamón, olvidó su libreta de anotaciones.
Chespirito la leyó y de ahí surgió el programa que lo convirtió en una leyenda: El chavo del Ocho, que inició transmisiones el 20 de junio de 1971. Su nombre hizo alusión al canal que lo transmitió por primera vez.
El cuaderno contenía la esencia de lo que era el diario del pequeño. Muchas veces Chespirito confesó que buscó al niño pero que nunca lo encontró. Roberto tenía 42 años la primera vez que interpretó a El Chavo.
En la década de los años 70, El chavo del Ocho fue el programa número uno en audiencia al alcanzar de 55 a 60 puntos de rating en la televisión mexicana.
Fue doblado a 50 idiomas y fue visto en países tan lejanos como Asía, China, Japón, Corea,
Tailandia, Marruecos y Grecia.
La importancia de la CH
Otro de los detalles a los que Chespirito le puso su sello fue que la mayoría de sus personajes tienen nombres que inician con la CH.
“Es porque los personajes son muy fregones”, confesó ante cámaras.
El elenco de El Chavo del Ocho hizo varias giras internacionales, lo que les dio el trato diplomático en diversos países.
En Colombia hicieron una caminata cargando un televisor para enterrarlo en el cementerio. Los participantes dijeron que no lo volverían a prender hasta que no pusieran el programa otra vez.
En Chile se contrató un jet particular para trasladar al grupo durante su estancia por aquél país.
En Argentina un diario publicó la muerte del grupo en un accidente, lo que provocó la histeria de sus admiradores.
En 1978 recibieron la invitación de una disquera para grabar un disco con los personajes de la vecindad. Esto significó la separación de Carlos Villagrán, Kiko, con el resto del grupo.
El 25 de septiembre de 1995 fue el último capítulo original que salió al aire de El Chavo. Permaneció en la televisión por 18 años ininterrumpidos.
Pero el éxito saltó de la pantalla chica a las historietas, en donde El Chapulín Colorado hizo de las suyas con su distribución en varios países.
El éxito no quedó aquí. Tras 15 años de ausencia, Chespirito regresó con la serie de dibujos animados. Por lo menos cinco temporadas fueron proyectadas.
Actualmente el show de La vecindad de El Chavo se puede ver por algunos teatros de la capital mexicana.
Hoy no sólo México está de luto, lo están todos esos fanáticos del mundo que rieron y seguirán riendo a carcajadas con las aventuras de sus más memorables personajes.
Chespirito dejó una huella que el mundo jamás olvidará.
Murió Roberto Gómez Bolaños. El creador de famosos personajes como El Chavo del Ocho y El Chapulín Colorado, por mencionar algunos. Pero aunque dio su último suspiro, no por eso desaparece. Se fue su presencia física pero es ahora cuando el mito de este hombre retoma mayor fuerza.
“El chavo del Ocho fue el programa número uno en audiencia al alcanzar de 55 a 60 puntos de rating”
Roberto Gómez siempre fue una leyenda. Nació en la Ciudad de México en 1929. Nunca quiso ser actor, aunque la primera vez que lo hizo tenía 29 años. Sus sueños iban dirigidos hacia la ingeniería y por eso se dedicó a estudiarla en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Por esos años nunca imaginó lo que no mucho tiempo después alcanzaría con su ingenio y creatividad.
Una barra de comedias televisivas, tres películas interpretadas por él mismo, una serie animada y un contrato vitalicio con Televisa son el legado de sus años de trayectoria artística.
Él fue no sólo la figura cómica más importante de México, también tuvo una fuerte presencia en América Latina.
La grandeza de su obra radica en que continua vigente, pese a que no haya problemas actuales. Y es que Chespirito, pese al paso de los años, jamás salió de la televisión.
Su legado ha sido motivo de diversos homenajes. Uno de los más llamativos, en el 2012, fue realizado en 11 países de manera simultánea.
Su programa es el único que se ha presentado en toda Latinoamérica y que, en algún momento, ha estado, en cada uno, en el primer lugar de rating.
Un ídolo internacional
Su popularidad llegó a mover grandes masas: coreografías, concursos de imitadores, canciones y libros con fotografías inéditas son algunas de las muestras de cariño por parte de sus seguidores.
Pero entre más tiempo pasaba, su popularidad subía como la espuma: millones de latinos han disfrutado las repeticiones de sus series. Entonces Chespirito se volvió inmortal. No importa la edad de sus seguidores, chicos y grandes conocen su obra.
Su presencia en Twitter también fue abrumadora. A poco tiempo de haber iniciado su cuenta en esta red social, logró sumar casi 2 millones de seguidores.
Fue en Acapulco que Gómez Bolaños conoció al bolerito, que, al intentar comprar una torta de jamón, olvidó su libreta de anotaciones.
Chespirito la leyó y de ahí surgió el programa que lo convirtió en una leyenda: El chavo del Ocho, que inició transmisiones el 20 de junio de 1971. Su nombre hizo alusión al canal que lo transmitió por primera vez.
El cuaderno contenía la esencia de lo que era el diario del pequeño. Muchas veces Chespirito confesó que buscó al niño pero que nunca lo encontró. Roberto tenía 42 años la primera vez que interpretó a El Chavo.
En la década de los años 70, El chavo del Ocho fue el programa número uno en audiencia al alcanzar de 55 a 60 puntos de rating en la televisión mexicana.
Fue doblado a 50 idiomas y fue visto en países tan lejanos como Asía, China, Japón, Corea,
Tailandia, Marruecos y Grecia.
La importancia de la CH
Otro de los detalles a los que Chespirito le puso su sello fue que la mayoría de sus personajes tienen nombres que inician con la CH.
“Es porque los personajes son muy fregones”, confesó ante cámaras.
El elenco de El Chavo del Ocho hizo varias giras internacionales, lo que les dio el trato diplomático en diversos países.
En Colombia hicieron una caminata cargando un televisor para enterrarlo en el cementerio. Los participantes dijeron que no lo volverían a prender hasta que no pusieran el programa otra vez.
En Chile se contrató un jet particular para trasladar al grupo durante su estancia por aquél país.
En Argentina un diario publicó la muerte del grupo en un accidente, lo que provocó la histeria de sus admiradores.
En 1978 recibieron la invitación de una disquera para grabar un disco con los personajes de la vecindad. Esto significó la separación de Carlos Villagrán, Kiko, con el resto del grupo.
El 25 de septiembre de 1995 fue el último capítulo original que salió al aire de El Chavo. Permaneció en la televisión por 18 años ininterrumpidos.
Pero el éxito saltó de la pantalla chica a las historietas, en donde El Chapulín Colorado hizo de las suyas con su distribución en varios países.
El éxito no quedó aquí. Tras 15 años de ausencia, Chespirito regresó con la serie de dibujos animados. Por lo menos cinco temporadas fueron proyectadas.
Actualmente el show de La vecindad de El Chavo se puede ver por algunos teatros de la capital mexicana.
Hoy no sólo México está de luto, lo están todos esos fanáticos del mundo que rieron y seguirán riendo a carcajadas con las aventuras de sus más memorables personajes.
Chespirito dejó una huella que el mundo jamás olvidará.