jueves, 2 de junio de 2016

Trump intenta ganar la presidencia con insultos.


El magnate utiliza la misma estrategia con la que derrotó a sus rivales republicanos.

“Pocahontas & la Chueca Hillary” suena como el título de una película de Disney. Pero de hecho son algunos de los insultos que Donald Trump está usando en contra de las dos mujeres más poderosas del partido demócrata — Elizabeth Warren y Hillary Clinton — conforme se prepara para las elecciones presidenciales en noviembre.

A menudo durante la contienda republicana, el Sr. Trump comentó que su esposa le había pedido que actuara de forma más presidencial, pero que él se había visto forzado a burlarse de algunos de sus rivales con expresiones como “Mentiroso Ted” Cruz y “Pequeño Marco” Rubio para obtener la victoria. Un mes después de haber asegurado la nominación del partido republicano, ya está utilizando la misma estrategia que funcionó para derrotar a 16 oponentes republicanos en su batalla en contra de la Sra. Clinton, quien está a punto de obtener la nominación del partido demócrata, y la Sra. Warren, la apasionada senadora de Massachusetts.

Durante meses, la campaña de la Sra. Clinton había anticipado con gusto la idea de que el Sr. Trump sería el candidato republicano. Pero en las últimas semanas, algunos aliados de la Sra. Clinton se han comenzado a preocupar de que ella está subestimando al magnate —experimentado en los medios de comunicación — y de que no ha encontrado su punto débil. Estas preocupaciones se han magnificado por los resultados de las encuestas que indican que los dos rivales están empatados.

En un discurso en Washington el domingo, el Sr. Trump le dijo a miles de veteranos de guerra que atendieron en sus motocicletas Harley-Davidson que “Hillary Clinton no puede ser la presidenta”. Algunos días antes, envío un mensaje en Twitter afirmando que “la Chueca Hillary” era un “desastre” a raíz de un informe gubernamental que la criticó por haber usado su cuenta de correo electrónico personal mientras ejercía el cargo de secretaria de Estado.

El Sr. Trump está tratando de aprovechar la opinión de cerca de dos tercios de los votantes que creen que la Sra. Clinton no es honesta, pero ha ido más allá, reavivando ataques que se remontan a los años cuando Hillary y Bill Clinton habitaban la Casa Blanca. Estos ataques abarcan desde conspiraciones sobre el suicidio de un socio comercial hasta alegatos no confirmados de que el Sr. Clinton violó a una mujer.

El Sr. Trump ha acusado a la Sra. Clinton de “facilitar” las relaciones extramaritales de su esposo, en un intento de mitigar sus críticas con respecto a su récord con las mujeres. Recientemente ella dijo que no iba a caer en la trampa de responder, pero los ataques del Sr. Trump se han vuelto un dilema para ella. Sus intentos de criticar las políticas del magnate han sido diluidos por las declaraciones controversiales del candidato republicano, las cuales lo han ayudado a dominar los medios televisivos.

El equipo de Clinton ha intentado dañar la imagen del Sr. Trump destacando sus comentarios controversiales sobre las mujeres y criticándolo por no haber presentado sus declaraciones de impuestos. La semana pasada, lo atacó por haber dicho hace años que él saldría ganando en una crisis hipotecaria. Él mitigó la acusación de manera característica, afirmando que eso es lo que hacen los empresarios y aprovechando la capa de teflón que lo protegió durante las elecciones primarias.

Del lado demócrata, sólo la Sra. Warren, una ex profesora de la Universidad de Harvard — a quien él ha llamado “Pocahontas” en respuesta a su afirmación de que ella es parte nativa americana — ha podido atacar efectivamente al Sr. Trump. Después de que el Sr. Trump tuiteó que “Yo creo que es muy ofensivo que ‘Goofy’ Elizabeth Warren, también conocida como Pocahontas, pretendió ser una nativa americana para entrar en Harvard”, ella le contestó: “Documenta tu información @realDonaldTrump. Yo no fui estudiante en Harvard”.

Norm Ornstein, un experto en política del American Enterprise Institute, dijo: “Clinton está atacando a Trump con respecto a sus políticas y sus cualificaciones, y dejando que otros, especialmente Elizabeth Warren, lo ataquen con respecto a sus deficiencias personales, morales y comerciales”.

Algunos aliados de la Sra. Clinton creen que debe de dejar de atacar al Sr. Trump con respecto a los detalles, como el tema de la crisis hipotecarias, y comenzar a atacar su carácter con más ferocidad. Pero el Sr. Ornstein cree que la Sra. Clinton seguirá utilizando su estrategia actual, dejando que otros lancen los ataques más abrasivos. Estas personas incluyen a la Sra. Warren, a David Brock, un agresivo operario político del partido demócrata, y a quien la Sra. Clinton elija como su vicepresidente.

Conforme el equipo de la Sra. Clinton intenta encontrar la mejor manera de confrontar al Sr. Trump, no hay duda que la Sra. Clinton enfrenta una contienda presidencial mucho más competida de lo que se esperaba, en contra de un candidato que su equipo nunca pensó que iba a ser su contrincante. Hemos visto la misma tendencia en las elecciones primarias de los demócratas que indican que ella no entendió el potencial de su rival Bernie Sanders, lo cual ha retrasado su nominación como candidata presidencial.

“Clinton comienza con una pequeña ventaja. Tiene las tendencias demográficas de su lado y Trump tiene una valoración negativa más alta que ella entre los sectores de mayor crecimiento del electorado”, dijo Kevin Madden, vocero de Mitt Romney en la campaña de 2012. “Pero si hay una cosa que ha demostrado la Sra. Clinton en sus dos últimas contiendas presidenciales es que ella sabe perder la ventaja”.