SANTO DOMINGO. Un toque de trompeta marcó el inicio del descenso hacia la tumba del ataúd con el cuerpo del general Antonio Imbert Barrera, acción que estuvo a cargo de seis coroneles de las Fuerzas Armadas. Al fondo, varias descargas de fusilería dieron el carácter militar a las honras fúnebres que recibió por su condición de exministro de los cuerpos castrenses en período 1986-1988, bajo el gobierno de Joaquín Balaguer. Tres aviones supertucanos sobrevolaron el cementerio privado Puerta del Cielo, donde tuvo lugar el sepelio a las 2:30 de la tarde de este miércoles.
Antes, el viceministro de Defensa, Geraldo de los Santos Mora, entregó a la viuda de Imbert, Giralda Bustos, la bandera tricolor que cubrió el ataúd de caoba, debidamente doblada por varios cadetes y dispuesta en una caja de madera triangular con un cristal en el centro.
“Eviten por todos los medios, y por cualquier circunstancia, enojos, rencillas, discusiones o enfriamiento familiar”, leyó la señora Bustos de Imbert durante la misa de cuerpo presente en la Catedral Metropolitana de Santo Domingo, un fragmento de un mensaje escrito que en vida le habría dejado su esposo como testimonio de su preocupación por la unión familiar.
A la Catedral también acudió a las 8:30 de la mañana de este miércoles el presidente Danilo Medina, quien decretó tres días de duelo por la muerte del “Héroe Nacional”, y ofreció las condolencias a los familiares. El mandatario estuvo allí por espacio de una hora.
“No hay ningún asidero que pueda echar abajo la acción de esos hombres, porque esos hombres fueron por la patria y lucharon para la patria”, aseguró Antonio Imbert Tesson, hijo del general Imbert Barrera, quien con Luis Amiama Tió fueron los únicos dos que sobrevivieron luego del complot para asesinar a Trujillo la noche del 30 de mayo de 1961.
Parte del cortejo fúnebre incluyó una parada de unos tres minutos frente al monumento a los Héroes del 30 de Mayo, ubicado en la autopista del mismo nombre, para recordar la gesta.