El autor de los atentados del maratón de Boston, Dzhokhar Tsarnaev, es un terrorista sin remordimientos que merece morir por haber matado a estadounidenses inocentes, según el alegato final de la fiscalía este miércoles ante un jurado que deberá decidir si condena a este joven de 21 años a la pena capital.
Musulmán de origen checheno, Tsarnaev fue declarado culpable hace un mes de este atentado cometido el 15 de abril de 2013, cuando dos bombas caseras estallaron de forma casi simultánea cerca de la meta del concurrido maratón, con un saldo de tres muertos y 264 heridos.
También fue declarado culpable de la muerte de un policía, que perdió la vida tres días después del ataque.
Posteriormente, se dio inicio a la segunda fase de su juicio federal para decidir su condena. Tsarnaev fue declarado culpable de 30 cargos, de los cuales 17 son pasibles de la pena de muerte.
Los 12 miembros del jurado que deberán decidir su suerte tienen únicamente dos opciones: cadena perpetua o pena de muerte. Se necesita un veredicto unánime para condenarlo a la pena capital.
"Sus actos merecen la pena de muerte", expuso el fiscal Steve Mellin al jurado. Tsarnaev, con el rostro pálido y vestido con un traje oscuro, escuchaba, impávido, con la mirada fija en la mesa que se encontraba frente a él.
La fiscalía recordó al jurado el mensaje que el joven había pintado en el bote en el que fue hallado pocos días después de los atentados, explicando el ataque como una venganza por las guerras de Estados Unidos en Irak y Afganistán.
"Ningun remordimiento, ninguna excusa. Son las palabras de un terrorista convencido que hizo lo que tenía que hacer. Creyó justificado matar, mutilar y herir de gravedad a inocentes, hombres, mujeres y niños", sostuvo el fiscal.
Insistió en la masacre, los desgarrados testimonios de allegados y de víctimas, algunos de los cuales acudieron al tribunal caminando con prótesis tras amputaciones de miembros. Algunos, dijo, no se recuperarán jamás.
Presentando imágenes, habló de las heridas que provocó Tsarnaev a cientos de personas. Mostró fotografías de espectadores, sonrientes, antes de que estallaran las bombas.
La defensa, que procederá posteriormente a presentar su alegato de clausura ante el jurado, pide que no se condene a la pena de muerte al acusado, a quien describe como un joven manipulado por su hermano mayor, Tamerlan, el verdadero cerebro de los atentados.
Tamerlan murió en un tiroteo con la policía unos días después del ataque, el peor ocurrido en suelo estadounidense desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.