La segunda teniente de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET), Mercedes del Carmen Torres Báez, parecía desconocer las frases “ahora no”, “no puedo” “no quiero” o cualquier otra excusa cuando se trataba de levantarse a las 3:00 o a las 5:00 de la madrugada para salir a realizar su labor como garante de la ley y el orden.
La fuerza de voluntad y entrega de esta oficial, de 41 años, provenía de una razón única, llevar a su casa el pan de cada día, siendo madre soltera y abuela.
Mercedes era el soporte económico de su familia compuesta por su padre, sus cuatro hijos -dos hembras y dos varones- además una nieta de apenas un año y cinco meses de nacida.
Su suerte cambió alrededor de las 7:15 de la mañana de ayer, cuando fue asesinada a tiros en el puente Peynado, de Villa Mella, por unos individuos a bordo de una motocicleta cuando realizaba su trabajo, con el objetivo de sustraerle su arma de reglamento. De inmediato unidades élites de la Policía iniciaron la persecución de estos delincuentes. Se informó que una persona habría sido apresada con relación al asesinato.
Torres Báez residía junto a su familia en el edificio 3, apto. 2-C, ubicado en el Barrio de la Policía, kilómetro 17 de la autopista Las Américas. Fue ascendida al rango de segundo teniente el pasado febrero, e inició su carrera en la institución del orden en 1996.
El señor Lorenzo Torres, padre de Mercedes, no para de llorar desconsoladamente la muerte de su hija y exige a las autoridades que castiguen a los culpables del crimen. “¡Ay mi hija! Ella era una mujer muy trabajadoraÖ lo único que yo le puedo decir de mi hija es que ella era muy servidora a la República Dominicana porque no respetaba agua, no respetaba sol ni nada; esa nunca faltó a su trabajo”, dijo el señor Torres.
Calificó como “lacras” a los asesinos de su hija y pidió a la Policía apresarlos para que sean sometidos a la justicia. “Ella lo era todo en esa casa”, coincidían algunos vecinos que estaban en los alrededores del apartamento donde residía la oficial luego que recibieron la mala noticia de que a primeras horas de la mañana, unos individuos le quitaron la vida con el objetivo de sustraerle su arma de reglamento.