El juego de loterías genera cada día más de 160 millones de pesos, de los cuales la Lotería Nacional maneja menos del 1%, debido a la falta de controles y la forma irregular con que operan miles de bancas de apuestas en todo el país.
El desorden en el negocio de las loterías se multiplicó a partir del 2011, después que la Lotería Nacional fue despojada de la regulación de las bancas y el Gobierno transfirió esas facultades a la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), mediante la Ley 139-11, “pero la DGII no posee estructura para supervisar y por eso sigue el negocio de las bancas ilegales”, dijo el director comercial de la Lotería Nacional, licenciado Tiburcio Perdomo.
Según los registros de la Lotería Nacional, en el país existen más de 40,000 bancas de apuestas de lotería, pero el 50% opera de manera ilegal por lo que el Estado deja de percibir por más de 720 millones de pesos anualmente.
En la actualidad la Dirección de Impuestos Internos solo tiene registradas 28,144 bancas y pagan impuestos 20,000, pero la proliferación de bancas crece en todos los campos, sin importar los niveles de pobreza de sus residentes y en las ciudades están en todas las esquinas, entre dos y cinco localizadas a pocos metros. La esperanza de los pobres por logar un golpe de suerte que cambie su vida si logran el premio siempre está presente en cada jugador.
Es el caso de Cristino Mendoza González, maestro constructor, quien después de realizar una jugada en una banca del consorcio HS en la calle Cuarta de los Mameyes, en Santo Domingo Este, narró que tiene varios años jugando el palé 14-31 invirtiendo 50, 100 y 150 pesos diarios, pero todavía no ha sido agraciado y tampoco tiene contabilizado cuánto ha perdido, porque no está pensando en eso.
En ocasiones también apuesta a la pelota de aquí y las Grandes Ligas, en Estados Unidos.