MIAMI.- Para el último juego de esta noche de la serie final en la NBA, hay disponibles todavía más de 2 mil entradas en reventa, siendo las más caras dos que se venden a 58,825 y que están situadas en primera fila.
El séptimo partido de la final de la NBA entre Miami Heat y San Antonio Spurs de esta noche está despertando un gran interés en la ciudad, lo que ha llevado a que la reventa de entradas se haya disparado y llegue hoy a casi 59.000 dólares.
En la web StubHub, dedicada a la compraventa de entradas de actos deportivos y artísticos, hay disponibles todavía más de 2.000 entradas en reventa, siendo las más caras dos que se venden a 58.825 y que están situadas en primera línea, justo entre la mesa de marcadores y los banquillos de los equipos.
En la misma fila de asientos pero al otro lado de la cancha la única opción disponible son cuatro entradas a 35.295 dólares cada una.
Algo más económico para los que quieran ver el último partido de esta temporada se puede encontrar en la web oficial de reventa de la NBA, donde la entrada más barata era de 479 dólares, mientras que la más cara ascendía a 9.698 dólares y está situada en primera fila de la grada lateral de la cancha, frente al banquillo visitante.
Las entradas vendidas por Miami Heat directamente están agotadas, por lo que los que quieran ver en directo el enfrentamiento entre el denominado 'Big Three' de Miami, comandado por LeBron James, junto a Dwyane Wade y Chris Bosh, y los Spurs, liderados por Tim Duncan, Tony Parker y Manu Ginobili, tendrán que pasar por la reventa.
Miami vive estos días con gran emoción el desempeño de su equipo y se ve a numerosas personas luciendo la camiseta del campeón de la NBA, así como banderas del equipo en multitud de automóviles.
En la noche de ayer, restaurantes, cafeterías y terrazas encendieron sus televisores para sintonizar el emocionante partido en el que el conjunto local ganó por 103-100, tras forzar la prórroga con un triple en los últimos segundos del escolta Ray Allen.
La afición local temía que se repitiese el esquema de la final de la temporada 2010-2011, en la que los Mavericks de Dallas llegaron a Miami en el sexto partido con ventaja (3-2) y cerraron la final con una victoria en cancha rival que dejó muda a la ciudad.
El título no se le escapó a LeBron James un año después y Miami derrotó con cierta facilidad a los Thunder de Oklahoma por 4-1.
Este año las cosas volvieron a ponerse complicadas para los Heat, pero después de superar el escollo del martes, y a pesar de lo caro de las entradas que restan por venderse, se espera que el American Airlines Arena vuelva a estar lleno y sus gradas luzcan el blanco de los Miami Heat.
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