miércoles, 29 de marzo de 2017

Los desaciertos de la noche en la gran gala en el Soberano.


Cuando de “trending topic” y gala se habla, sin dudas, los premios Soberano y su alfombra roja convierten a las figuras públicas en la tendencia de las redes sociales, donde son resaltados en los “renglones” de mejor y peor vestidas por críticos de moda y fanáticos.

Aunque hubo muchos aciertos, los intentos fallidos de algunas comunicadoras, actrices y artistas no pasaron desapercibidos, porque en premios como este, el largo, los brillos, los escotes, los colores, el estilismo, peinado y maquillaje sí cuentan. En los últimos años, en cuanto a moda, esta gala no ha dado grandes sorpresas, sino que ha estado llena de looks repetidos sin ninguna creatividad, como se pudo constatar en los trajes de algunos de los que dijeron presente.

Aunque algunas figuras, en otras ocasiones, fueron las que marcaron tendencias y estilos, lamentablemente, en esta entrega no acertaron con su elección.

Esta fueron algunas de las razones por las que muchos críticos consideraron la alfombra como “apagada” y deslucida en la que se extrañaron vestidos a la altura del momento.
Es notable que muchos tuvieran una pérdida doble, porque no acertaron en la alfombra y tampoco se llevaron un premio. Ni el color, ni el volumen, ni la forma. Muchas erraron.

Annier Barros, por ejemplo, emuló al personaje de Morticia de los Locos Adams con un diseño demasiado fúnebre. El vestido de Dolphy Peláez no tenía definición, y el de la artista Miriam Cruz marcó el termómetro del mal gusto y Mariela Encarnación se confundía con una de las estatuillas del premio. Estas son algunas situaciones que cada año se repiten lejos de una mejoría.

Algo que fue muy notorio es que muchas de las figuras parecían llevar cargas pesadas con sus vestidos: se veían incómodas, lo que las hacía deslucir más aún sus atuendos.
Tonalidades mal elegidas, demasiado o poco maquillaje, joyas inadecuadas que no terminaban de “pegar” ni con la figura ni con la alfombra. Esto da mucho qué decir, ya que muchos no han sabido lucir como se esperaba.

Definitivamente, una alfombra que en vez llamarla roja cayó en lo gris, en lo desabrido, en lo repetido y en el mal gusto, que además no llenó las expectativas de quienes apostaban a lo mejor. Nos quedaremos buscando una explicación para estos looks que han dejado un sabor amargo en el público y a la espera de que el próximo año las figuras sean más certeras en su elección y que los diseñadores sean más creativos al momento de crear una pieza para asistir a un evento de esta envergadura.