miércoles, 8 de marzo de 2017

la inclusión de las mujeres en el mercado laboral contribuye al crecimiento económico.


Para este año 2017, el tema central del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es “Las mujeres en un mundo laboral en transformación: hacia un planeta 50-50 en 2030”.  El mundo laboral está cambiando de un modo que tendrá consecuencias significativas para las mujeres. Por un lado, los avances tecnológicos y la globalización brindan oportunidades sin precedentes a quienes tienen la posibilidad de acceder a ellos. Por otro lado, están en aumento la informalidad laboral, la desigualdad de los ingresos y las crisis humanitarias.

En este contexto, y tomando en cuenta el ámbito mundial, apenas el 50 por ciento de las mujeres en edad de trabajar están representadas en la población activa mundial, frente a un 76 por ciento en el caso de los hombres. Es más, una abrumadora mayoría de las mujeres trabaja en la economía informal, subvencionando el trabajo de cuidados y doméstico, y se concentran en empleos peor remunerados y con menos cualificaciones, con poca o ninguna protección social.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), asumieron este tema al considerarlo como una meta del ODS 5 “Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas”, por tanto, lograr la igualdad de género en el trabajo es indispensable para el desarrollo sostenible.

La República Dominicana no es ajena a varios elementos de esta realidad global. En el país, más de 7.80 millones de personas tienen edad para trabajar, siendo ligeramente superior la cantidad de mujeres que de hombres al 2016. Sin embargo, persisten amplias brechas en los niveles y las condiciones de participación de hombres y mujeres en las actividades generadoras de ingreso.

A pesar de la creciente incorporación de las mujeres en el mercado laboral—y ser similares la cantidad de hombres y mujeres en edad de trabajar—apenas el 52.9% de las mujeres forman parte de la población económicamente activa, mientras la PEA masculina representa el 77.9% de dicha población.

Las mayores tasas de participación laboral se registran en las mujeres con mayores niveles educativos formales (77% y 55% para niveles secundarios y técnicos y universitarios), mayores niveles de ingresos (52.5% y 59.8% en los quintiles 4 y 5, y solo 32.9% en el quintil 1).  Esto implica que las mujeres pobres, y con menor nivel educativo presentan mayores dificultades para insertarse al mercado laboral y mayores obstáculos para compartir o delegar las responsabilidades domésticas y el cuidado de los hijos e hijas y dependientes.

Las principales oportunidades laborales para las mujeres, en los últimos años, se han presentado en el sector privado, donde se insertan el 88.0% de los hombres y el 66.5% de las mujeres. Mientras el sector público emplea más mujeres (19.3%) que hombres (11.3%). También destaca el significativo porcentaje de mujeres (14.2%) proporción relevante y creciente de la ocupación femenina se realiza a través de los hogares para el desempeño de servicios domésticos remunerados.