miércoles, 30 de noviembre de 2016

“Deporte Dominicano tiene deuda agradecimiento con Fidel”


Cuando el joven Fidel Castro Ruz subió a la Sierra Maestra y tomó el fusil acaba de bajar del montículo de lanzar, dejando atrás sus sueños de llegar a las Grandes Ligas.

A pesar de ser, durante más de 50 años, el hombre de mayor  impacto en la política latinoamericana, Castro nunca estuvo ajeno al deporte, al punto de elevar el nivel de sus atletas y técnicos a la estratósfera, brillando en los grandes eventos olímpicos y dando asistencias a países de todo el mundo para mejorar su competición.

“La República Dominicana tiene una deuda moral, de respeto y agradecimiento con Fidel Castro, ya que gracias a sus consejos y diligencias personales con países del continente logramos primero ganar la sede.

“Mas tarde, en una segunda parte, Fidel se sentó con nosotros para hablar de técnicos, que necesitábamos para montar unos juegos exitosos y que mostráramos un buen nivel.

“Así es que nos envía un Jefe de Misión, Pedro Rodríguez, y unos 60 técnicos, y con este contingente es que el deporte dominicano se fortalece y puede realizar con la brillantez que tuvieron los Juegos Panamericanos de 2003, con técnicos muy baratos, pero muy capacitados; que incluso al final se quedaron trabajando aquí varios de ellos”, narra José Joaquín Puello, presidente del Comité Olímpico para esa fecha.

“Jamás olvidaremos su ayuda, sus consejos, su recibimiento cálido. Me reuní con él en la casa de gobierno, en lugares donde iba a inauguraciones o a resolver cualquier cosa, lo esperábamos previa aprobación -detalla el doctor Puello-, cómo no agradecerle todo lo que hizo por nosotrosÖ Incluyendo lo social, porque fue con él que se prepararon los muchachos del 14 de Junio, que cayeron físicamente pero con su sacrificio y sangre derribaron una horrible dictadura que pudo permanecer hasta nuestros días”.

Hit de Piñao acosó a Fidel
El inmortal del deporte Juan Piñao Ortiz, el mejor receptor amateur de la historia, refresca momentos “exclusivos” que vivió en los años setentas, cuando por ¡fin! Pudo estrechar la mano de Fidel y conversar de forma breve con el líder cubano.

“Fuimos a un Mundial de Béisbol, gracias a él, se sentía muy motivado a que Dominicana jugara allá (en Cuba) por el trato que había recibido aquí dos años antes; llegamos sin jugadores militares, para entonces no se podía.  Al final del torneo se hizo un equipo estrella, de todos los países, para medirse a Cuba, de hecho eran muy dominante y no estaban tirando un “no-hitter”, yo en el séptimo pude colocar una línea de hit y Fidel se paró de las gradas y se fue”, recuerda Piñao, quien añoraba saludar al presidente cubano.

“Me llamó mi amigo”
Sin embargo, el tiempo le dio una segunda oportunidad de verse cara a cara con el “Comandante”, cuando Cuba fue sede de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1982.

“Allí nos tocó a nosotros ser los mejores, ganamos el oro en béisbol, pero tuvimos que jugar un último juego ante Cuba con el oro ya asegurado, porque ellos tenían dos derrotas y no nosotros seguíamos sin perder.

“Fidel estaba ahí... Le dije al fotógrafo Luis Tapia, cuando yo haga el lance a la segunda base mantente atento porque voy a dirigirme hacia la grada y voy a saludar a Fidel.

Así fue, el cátcher dominicano se acercó y saludó al mandatario.

“Yo fui que di el hit la noche que Cuba tiraba el no-hitter, pero quería saludarlo”, dice Piñao que Fidel lo felicitó.

En un segundo encuentro, un grupo de atleta iba cruzando por una gradería en que se encontraba Castro premiando, y lo vociferaron: “¡Fidel, Fidel!, algo que resultó muy extraño en el  ambiente cubano, lo que hizo que el fueran llamados.

“Déjalo pasar es mi amigo, -dijo al reconocer a Piñao-, me sentí dichoso de que el dijera esas palabras, pedí que dejaran subir a Mario Álvarez, creo que Rafael Moreno y otros atletas que les había ido bien también, y los dejaron llegar hasta donde el”, rememoró.

(+)
FIDEL: FIGURA GIGANTESCA
Luis Scheker Ortiz, ex secretario de Deportes 1982- 86, afirma que la figura de Fidel Castro es gigantesca, histórica, al punto que solo personas muy “brutas” pueden denigrar.

“Cuando se estaba celebrando los Juegos Centroamericanos y del Caribe Santiago’86, Manolo González Guerra, delegado de Cuba, le pidió a Jorge Blanco que me dejara ir a Cuba para que vea como estaba el deporte organizado en Cuba y nuestro Presidente le dijo: Creo que si lo dejo ir Luisito se queda allá y yo lo necesito mucho aquí… fue una gran oportunidad de ir a Cuba, pero no pude.

“Pero eso no me quita valorar los grandes logros de su revolución y todo lo que significó para todos los países del área”, expresó Scheker.