miércoles, 15 de junio de 2016

DRAMA en las emergencias de los hospitales del pais.


“Necesita internamiento, pero no tenemos camas”. La frase es la más común para el personal de los servicios de emergencias de clínicas y hospitales de República Dominicana. En las clínicas privadas, la “mágica” solución, para los que tienen la suerte de ser atendidos, es estabilizar al paciente y “soltar” al familiar la responsabilidad de buscar dónde llevarlo.

En los hospitales, en la mayoría de los casos, sientan al paciente en una silla o lo acuestan en una camilla de traslado, donde permanece entre cinco y siete días en espera de que se desocupe una cama de internamiento para ser ingresado.

En esa espera, unos se sanan y se van a la casa y otros pierden la vida. Para médicos, residentes, camilleros, enfermeras, seguridad y otros que intervienen en el área, es la rutina.

La impotencia que genera la frase “no hay cama” se vive a diario, en centros prestigiosos o populares.

Al caer la tarde, jueves 19 de mayo, le tocó escuchar el “no hay cama” a un paciente de unos de 50 años con diagnóstico de nefritis en Hospiten; en la madrugada del sábado 4 de junio a una joven veinteañera con deshidratación en el Centro Médico Real, y en la mañana del lunes 6 de junio a un paciente de 44 años con pie diabético y una diabetes descompensada, en el Francisco Moscoso Puello. Solo una muestra de un drama demasiado común.

Testigos se encuentran a diario en cualquier servicio de salud del Gran Santo Domingo, donde cada vez es más evidente que la demanda en esta zona supera la capacidad de respuesta.

Hasta hoy, el país no cuenta con cifras actualizadas de la cantidad de camas y atenciones de los servicios de emergencias públicos y privados, pero una mirada simple a los establecimientos capitalinos da la impresión de que se vive en un país de gente enferma. Están desbordados.

Se estima que entre el 60 y el 75% de las atenciones en los servicios de emergencias corresponden a urgencias médicas, esos problemas que, aunque molestos, no llegan a ser emergencias y pueden esperar a la consulta. El emergenciólogo Pablo Smester lo atribuye a falta de conciencia y de educación de la población, al interés de aprovechar la cobertura del 100% de las emergencias de parte del Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS) y al desorden existente en la mayoría de los servicios.

Camas
Otro factor que genera presión sobre las salas de emergencia es el cierre total y parcial de importantes hospitales para su construcción y remodelación en los últimos años, lo que ha reducido la oferta de hospitalización, y ha dado pie entre otros problemas, a los rebotes de pacientes de un centro a otro, o a las largas esperas por una cama de internamiento.

En 2014, la oferta de camas para internamiento del sistema de salud público y privado del país era de 7,010 camas, distribuidas en 3,706 en el sector público, incluyendo centros de autogestión, con 53%; privados con 1,959, un 28%; patronatos, con 422 camas, un 6%; Seguro Social con 450 camas, un 6% y Fuerzas Armadas y Policía Nacional con 473 camas, un 7%, de acuerdo a un estudio de la Sociedad Dominicana de Medicina Crítica y Cuidados Intensivos (SODEMECU).