miércoles, 24 de febrero de 2016

Lazarito, de sueño dorado a pesadilla de horror.


Hace unas semanas, Lazarito Armenteros, el superprospecto cubano de 16 años, deshojaba margaritas antes de decidirse con qué equipo firmar un contrato cuyo bono se calculaba entre 17 y 30 millones de dólares.

Hoy, su futuro se ve lleno de oscuras nubes en medio de una trama que parece salida de la imaginación del más prolífero guionista de cine, que involucra tráfico humano, extorsión, secuestros y amenazas de muerte.

Lazarito, el muchacho que puso a salivear a cuanto cazatalento acudió a ver sus exhibiciones, estaba siendo representado por Charles Hairston, primo de los hermanos Scott y Jerry Hairston Jr, ambos ex jugadores de Grandes Ligas.

Hairston, cuya agencia Culture 39 negociaba el pacto de Armenteros con las Mayores, decidió cortar lazos con el jugador y poner pies en polvorosa de la República Dominicana tras recibir amenazas de muerte de la persona que está patrocinando la estancia del cubano en el país caribeño.

En otras palabras más directas, se trata de un buscón que a cambio de mantener a los cubanos durante su estancia en suelo dominicano, les dan mordidas salvajes de hasta el 30 por ciento en sus futuros contratos.

Según reportó primero el colega Jesse Sánchez, de MLB.com, el buscón y el agente entraron en discrepancias en cuanto al momento de firmar.

El ''patrocinador'' quería que la firma fuera de inmediato, para llevarse su tajada de una buena vez, mientras que el agente sugería hacerlo después del 2 de julio, cuando se inicia un nuevo período de contrataciones internacionales, lo cual hubiera posibilitado negociar un mejor acuerdo.

De acuerdo a lo que contó Hairston, el pelotero y su familia se encuentran de alguna manera secuestrados, pues el buscón les ha retenido sus documentos, sin los cuales no pueden viajar a ninguna parte.

Lo peor es que este no es un caso aislado. Es, simplemente, uno más en toda una larga cadena de peloteros cubanos que sin conocimiento se entregan en manos de delincuentes inescrupulosos, con tal de perseguir sus sueños de jugar en Grandes Ligas y escapar de una isla sin futuro.

Alexei Ramírez y Yoenis Céspedes, con carreras ya solidificadas en las Mayores, tuvieron en su momento que enfrentar demandas legales de estos ''patrocinadores'' que los extorsionaron en porcentajes abusivos.

O la truculenta trama de Yasiel Puig, con toques de horror por la simple mención del tenebroso cartel de Los Zetas, en México.

Algún día nos enteraremos quiénes pueden estar detrás de la extraña deserción de los hermanos Gourriel, cuando parecía inminente que serían los primeros en firmar directamente desde Cuba, amparados en un acuerdo con las Grandes Ligas.

Mientras este fenónemo sigue in crescendo, MLB mira hacia otro lado porque se beneficia de la llegada de una fuente inagotable de talento para su show.

Pero las cosas cada vez más parecen fuera de control y ya es hora de que las autoridades, dentro y fuera de Estados Unidos, tomen cartas en el asunto, antes de que la escalada de tráfico humano, extorsiones, chantajes y secuestros dejen valiosas vidas en el camino.

Entonces ya no habrá remedio y para algunos será demasiado tarde.