jueves, 7 de agosto de 2014

Dilema de un expolicía que se convirtió en chivato en Nueva York.


NUEVA YORK. Un expolicía dominicano que llegó a Nueva York para convertirse en gánster fue beneficiado con una rebaja de la pena de cárcel que enfrentaba por tráfico de drogas, extorsión y homicidios, según un artículo que publica hoy The New York Times. Sin embargo, está a punto de ser condenado a algo mucho peor: la muerte por ajuste de cuentas.
Miguel Féliz, quien cruzó la frontera entre Estados Unidos y México en la década de los 90, de manos de un compatriota narcotraficante, tuvo éxito en el mundo del crimen, que rápidamente lo convirtió en la mano derecha de su jefe, por lo que poseía información importante que fue determinante para ayudar al Buró Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés) a resolver más de 30 homicidios.
El hombre que una vez estuvo en el lado de la ley regresó ahí, pero esta vez como informante. Ante el temor de enfrentar un largo tiempo en prisión Féliz delató a muchos de sus compañeros, incluyendo a su jefe José Erbo, quien fue apresado gracias a sus revelaciones.
Sin embargo, ahora Féliz teme por su vida, luego de que tras lograr una rebaja de la pena de 15 años, desde 2011 mantiene una batalla con el Departamento de Inmigración de Estados Unidos para evitar ser deportado al país, lo que asegura sería como una condena de muerte.

"La única forma de yo salvar un pedacito de mi vida es aceptando la colaboración que el gobierno (estadounidense) me ofrece", pensó Féliz al momento de iniciar las colaboraciones con el FBI.
Las autoridades federales de Estados Unidos dicen que harían cualquier cosa que esté en sus manos para evitar que Féliz sea deportado a República Dominicana, por el temor de que sea asesinado por familiares y allegados de las personas que delató y que hoy guardan prisión.

"Mi instinto dice que si vuelve, será probablemente asesinado", testificó el agente del FBI durante una audiencia de inmigración.
Féliz lleva más de tres años bajo custodia migratoria en la Cárcel del Condado Bergen, en Nueva Jersey, y podría ser deportado en cualquier momento, según aseguró. 
Dado que se negó a ser incorporado al programa de testigos, por la dificultad que esto representaría para ver a sus dos hijos, los fiscales le ofrecieron ayudarle a conseguir visa tipo "S", conocida coloquialmente como "snitch visa" o "visa de chivato".
Pero ya en 2010 un juez de inmigración ordenó la deportación del ex policía y han dicho que desde entonces no han recibido ninguna solicitud de la visa tipo S para el hombre que cooperó con el gobierno estadounidense.
La situación de Féliz ha caído en un limbo jurídico, pues aún no se define, pese a que la semana pasada la portavoz de la Oficina del Fiscal de Estados Unidos dijo que tienen "la esperanza de que al señor F'éliz se le pueda otorgar una visa tipo S".