Mientras el Foro Económico Mundial pone a República Dominicana en el puesto 140 de 148 países ubicados por la competitividad de su sistema educativo, 12 jóvenes de menos de 18 años, respaldados por un profesional grupo de personas, acaba de colocar al país a la par de las potencias más grandes del planeta.
Y para eso utilizaron una de las actividades humanas más democraticas y en la cual cuentan, no solo los recursos económicos y humanos, si no también el alma de la gente: el deporte.
“Creo que somos unos atrevidos”, fue el pensamiento que asaltó al presidente de la Federación Dominicana de Baloncesto, Rafael Uribe, cuando al término de la ceremonia de premiación del Campeonato Premundial FibaAmericas Masculino U18 observaba el izamiento de las banderas de Estados Unidos (oro), Canadá (plata) y República Dominicana (bronce).
Pero no es solo el éxito en la cancha lo que se persigue. La simple victoria o derrota en la competición es algo circunstancial.
“Este es un proyecto de vida.
La meta es ganar la medalla de oro fuera del tabloncillo” agrega Uribe en el acto de presentación del equipo que clasificó para el Mundial U19 del año próximo en Grecia.
Y es que la buena conducta, el buen comportamiento son la base para formar parte del proyecto. Como también lo es, en el aspecto físico, la casa del minibaloncesto -especie de minivilla en el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte- que sirve para alojar, con cierta comodidad, a los nativos del interior y los barrios de la capital.
“Se ha creído en el talento de los entrenadores dominicanos, se ha creído en las categorías menores. El presidente de la Federación conoce y comparte con los muchachos y sus familias.
Sentimos un gran compromiso por lo que hemos dejado muchas cosas de lado”, dice el asistente Melvin López, responsable de los aspectos técnicos junto a José -Maíta- Mercedes (coach principal), Juan Matos y Juan Pablo Brito.
López, Mercedes, Matos y Brito son las caras visibles de otra de las patas en las cuales se sostiene el proyecto: Los entrenadores.
Aunque la respuesta del estado no va acorde con sus aportes. Unos no están en las nóminas de los programas (como si lo están muchos importados de otros países). Otros, con muchos años de servicio en la formación de atletas de alta competencia, tienen más de una década de haber sido cancelados sin ser repuestos.
“Vamos a competir a Grecia”, proclamó Uribe. El camino se inició con la medalla de oro ganada el año pasado en el Centrobasket U17 en Puerto Rico de forma invicta y por una ventaja promedio que sentó récords. Los frutos han germinado y los importantes patrocinios se suman.
Desde Miderec y el Inefi pasando por Mercasid, Right Guard, Ferquido, Creso, Grupo Punta Cana y el más reciente: Pizza Hot.
“Tras esta experiencia sabemos por donde vamos a caminar.
Clasificamos al mundial sin haber dado lo mejor. Se puede jugar mucho mejor, pero debemos seguir trabajando tanto en el aspecto físico como en el técnico”, dijo Mercedes, quien felicitó a sus asistentes, a cada uno de los integrantes del equipo por su esfuerzo y dedicación y por no tener miedo del nombre de los adversarios.
“Hay mucho sacrificio envuelto por parte de todos los involucrados, pero necesitábamos la oportunidad de enfrentar equipos de esa altura, tener ese roce para saber que se pueden seguir haciendo las cosas, paso a paso en un nivel de calidad más alto y exigente”, añadió.
El impacto de la actuación, dentro y fuera de la cancha, fue de tal nivel que los dominicanos pasaron de ser olímpicamente ignorados a ser los “más buscados” por los rivales a la hora de intercambiar las camisetas con ofrecimientos de tenis nuevos e incluso dinero.
Ocho de los 12 integrantes están enrolados en el sistema educativo de Estados Unidos donde podrán desarrollar sus capacidades en el deporte y la educación.
Algunos consideran que forman una generación dorada.
Pero con el color verde del “platano power”.
PRESENTES
Entre los presentes estuvieron los jugadores Yerri Flores, Jhonathan Araújo, Joan Durán, Yeison Montero, Elvin Valera, Víctor Peña, Jhery Matos, Andrés Feliz y Eduardo Pereyra, quien fue el jugador extra (13). Tuvieron que quedarse en los Estados Unidos por compromisos académicos Jeromy Rodríguez, Danny Vitiello y Weisner Pérez.
Oliver García viajó a su ciudad natal de Santiago y el asistente Oliver Antigua se quedó en La Florida para continuar su labor como miembro del cuerpo técnico del equipo de basket de la Universidad de Florida que dirige su hermano Orlando.
