“LeBron James fue lo que pasó”. Éstas eran las sinceras palabras del entrenador de Boston Brad Stevens para describir lo que había ocurrido exactamente en los últimos tres minutos del encuentro que enfrentaba a su equipo y a Miami. Los Heat acabarían imponiéndose por 93-86, pero no fue un partido sencillo. La ventaja que habían ido construyendo desde el primer cuarto se fue desvaneciendo con el paso de los minutos y a falta de tres minutos para finalizar el choque, los locales iban abajo por 84-86.
Fue entonces cuando apareció la fulgurante figura de LeBron James. Anotó 11 de sus 29 puntos en el último cuarto, incluyendo siete tiros libres en los últimos 2:33 de partido. Es decir, los Celtics desde los 86 tantos que lograron faltando tres minutos ya no volverían a anotar, y Miami tendría en ese espacio de tiempo un parcial de 9-0.
“LeBron tuvo un montón de faltas pitadas en la recta final”, señaló Brandon Bass. “Nosotros esperamos eso. Nos hubiera gustado mantenerlo fuera de la línea de libres”.
Esos postreros minutos fueron como abrir los ojos para los Heat. Sin Dwyane Wade el equipo está sufriendo más, y James decidió echarse la responsabilidad a su espalda, tanto en defensa como en ataque. “Ésta es la única manera en la que vamos a ser capaces de ganar partidos, sólo si defendemos”, añadió James.
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