viernes, 24 de agosto de 2012

ISAAC Golpea a HAITÍ y Enfila Hacia CUBA y LA FLORIDA.


Puerto Principe, Haiti – La tormenta tropical Isaac pasó arrasando las tambaleantes ciudades de tiendas de campaña de Haití y continuó camino hacia Cuba el sábado siguiendo una trayectoria todavía incierta que probablemente mantenga al sur de la Florida en estado de alerta gran parte del fin de semana.
Todo el sur de la Florida estaba bajo vigilancia de tormenta tropical, desde Cayo Hueso hasta Jupiter en la costa atlántica y hasta Bonita Beach en la costa del Golfo. Además, los meteorólogos corrigieron el viernes la trayectoria de Isaac un poco hacia el este, ya que los modelos computarizados sugirieron que la tormenta podría pasar más cerca de tierra firme, o incluso tocar tierra, durante su acercamiento del domingo, un cambio potencial que podría traer ráfagas más fuertes y lluvias más intensas por toda la península.
No obstante, los administradores de emergencias en el sur de la Florida esperaban como máximo una tormenta tropical fuerte con vientos de 65 a 70 mph, una amenaza seria, pero no una aplanadora destructiva.
El condado Monroe ordenó cerrar las escuelas y algunas oficinas, pero decidió no ordenar una evacuación obligatoria de los turistas. En Miami-Dade, el alcalde Carlos Giménez y los administradores de emergencias urgieron a los residentes a prepararse pero dijeron que todavía no había planes de cancelar las clases, cerrar oficinas o suspender servicios.
“No esperamos que esto sea como el huracán Andrew”, comentó Giménez.
Algunos visitantes de los Cayos decidieron adelantarse a los acontecimientos. En la rampa para botes Indian Key Fill en Islamorada, los amigos Mike Rigby y Rusty Vasbinder subieron un barco de pesca de 27 pies de eslora en un tráiler.
“Decidimos acortar nuestro viaje en un día porque, si ellos deciden evacuarnos, no queremos estar trabados en el embotellamiento del tráfico”, aseguró Terry Rigby, de Cocoa Beach.
En Haití, donde las inundaciones repentinas y las avalanchas de lodo han causado miles de muertes durante las tormentas de la última década, el potencial de nuevas muertes sigue siendo alto. Casi tres años después de un terremoto devastador, unas 400,000 personas viven todavía en ciudades de tiendas de campaña alrededor de la capital.
Pero muchos refugiados del sismo siguieron resistiendo esfuerzos por evacuarlos, por temor a que ladrones les arrebaten sus escasas posesiones o, aún peor, que el gobierno y los grupos de ayuda usen eso como una oportunidad para cerrar los campamentos.
“No confiamos en nadie”, afirmó Carlo Destine, de 34 años, residente de Marassa, un campamento a pocos pasos de un peligroso río en la ciudad de Croix-des-Bouquets.
“Ya hemos pasado por esto antes. No tenemos miedo”, dijo Lucien Pierre, de 28 años, madre de dos hijos, uno de ellos de 1 año, mientras lavaba la ropa junto a su tienda. “Rezaremos y esperaremos”.

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