Se la merecía. El público la reclamó, pero finalmente no se la dieron. Viña del Mar quedó en deuda con el dominicano Juan Luis Guerra, quien se llevó dos antorchas y dos gaviotas (de oro y plata), pero también le tocaba la Gaviota de Platino. Se iba a convertir en el segundo en recibirla en toda la historia del certamen, luego de la hazaña lograda por Luis Miguel.
Por cuarta vez desde 1991 el dominicano se paraba frente al “monstruo”, como le llaman al exigente público de la Quinta Vergara. Allí se premia con ‘gaviotas’ y ‘antorchas’ a sus artistas favoritos, pero también se baja del escenario a quienes no les gusta.
Juan Luis decretó un goce total desde que llegó con su descarga de bachata, merengue, son y salsa seguida por los dominicanos a través de Teleantillas, canal 2.
A la 1:15 de la madrugada del martes la multitud (más de 15 mil personas) no que- ría dejarlo ir. Mucho era el fogaraté regado previamente por él con temas como “La bilirrubina”, “Visa para un sueño”, “El Niágara en bicicleta”, “A pedir su mano”, “La cosquillita” y muchos más.
El show se extendió por una hora y dejó “con to´ el gusto” a los asistentes que insistentemente y sin éxito pidieron su retorno. El cierre, con broche de oro de la última noche del festival, fue con el clásico “Ojalá que llueva café”, reseñó AFP. Las agencias AP y EFE también destacaron su show. La fiesta no se detuvo hasta que el cantautor y su banda se vieron obligados a decir adiós para partir al aeropuerto, reseñó AP.
Guerra cerró con un arrasador éxito el 53° Festival de Viña del Mar, publicó AFP.
Aprovechó la oportunidad para cantar temas dedicados al Señor, a quien incluso le escribió un álbum completo que lanzó al mercado en el día de ayer, “Colección Cristiana”.
La llegada de Guerra a la Quinta Vergara le imprimió sabor de principio a fin y una muestra fue que hasta la escenografía cobró vida y los efectos especiales también, lo que ayudaron a una excelente puesta en escena.
Era sorprendente ver tal “monstruo” doblegado ante el dominicano, que utilizó casi todo su repertorio e hizo una mezcla de temas de ayer y de hoy para complacer a los presentes.
Era tal la gozadera que ni las embarazadas se podían quedar sentadas. como sucedió con una joven con meses de gestación que se le vio bailar y mover hasta que concluyó la actuación del cantautor, que sin dudas es mimado de los chilenos.
Además, Juan Luis se mostró más suelto y hasta bailó, se sonrió y habló mientras cantaba.
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