Este domingo, su flamante jefe de gabinete, Reince Priebus, adelantó que el republicano "definitivamente dará marcha atrás" a las polítas de Obama, si Raúl Castro no restaura "las libertades en la isla".
Durante las primarias, Trump fue el único aspirante republicano que apoyó la apertura a Cuba, pero advirtió que no mantendría el acercamiento con La Habana si no se adoptan los pasos de apertura en materia de presos políticos, represión o libertades.
Según expertos consultados por la agencia EFE, hay un área que Trump podría tener un especial interés en cambiar: la política de "pies secos/pies mojados".
Esa medida, unida a la Ley de Ajuste Cubano, otorga a los cubanos un privilegio que no tiene ningún otro grupo de inmigrantes: la posibilidad de lograr la residencia permanente un año después de llegar al país, incluso si lo hacen ilegalmente.
"A él no le gusta la inmigración sin restricciones, y eso es lo que permite esta política", afirmó a Efe un abogado experto en la legislación estadounidense respecto a Cuba, Robert Muse.
"Lo único en lo que están de acuerdo (el presidente cubano) Raúl Castro y (el senador republicano anticastrista) Marco Rubio es en que la Ley de Ajuste Cubano debe dejar de aplicarse", añadió.
Adoptada en 1995, la política es una enmienda a la Ley de Ajuste Cubano de 1966, pero esa legislación otorga tanta flexibilidad al secretario de Justicia para aplicarla que ni siquiera haría falta que el Congreso derogara la medida para acabar con su efecto.