Las autoridades policiales y judiciales de esta provincia confirmaron que los tres cadáveres encontrados la tarde de ayer en una fosa en la zona de Guavaberry, donde una banda de atracadores lanzaba a sus víctimas luego de asesinarlas, son de tres choferes de autobuses que estaban desaparecidos.
Los cuerpos son de Gary Wilson Rodríguez Castro, de 45 años, conductor de la ruta Hato Mayor-Sabana de la Mar; Germán Arredondo, chofer de mudanzas y acarreo de San Pedro de Macorís, y David Polanco, de la ruta B de San Pedro de Macorís.
El hallazgo de los restos se produce luego que fuera apresada una mujer, supuestamente miembro de la Policía, vinculada a uno de los cabecillas de la banda, que a su vez es hijo de un coronel activo de la uniformada, cuyo nombre no ha sido revelado.
Además de la mujer, por los crímenes están detenidos en San Pedro de Macorís, Radhamés Antonio Ramírez y Hugo Antonio Zorrilla Alfonseca, este último hijo del oficial de la Policía.
Según la fiscal adjunta Carmen Mohame, los detenidos ubicaban a sus víctimas, choferes de autobuses del transporte público a quienes abordaban en momentos en que terminaban sus labores y a punta de pistolas eran conducidos al lugar, donde los asesinaban y robaban sus pertenencias, incluido el vehículo.
A la fosa de la residencia en la zona de Guavaberry, en San Pedro de Macorís, en donde fueron hallados los restos de los choferes, se presentaron decenas de familiares de las víctimas, entre ellos las mujeres e hijos de los desaparecidos, así como amigos y relacionados, quienes llegaron preocupados por obtener noticias de sus parientes, y se encontraron con la realidad en el lugar.
Para sacar los cadáveres del pozo, que mide aproximadamente entre 45 a 50 pies de profundidad, actuaron miembros de la Defensa Civil, Cuerpo de Bomberos de San Pedro de Macorís y Santo Domingo, quienes eran guiados por oficiales de la Dirección Central de Investigaciones Criminales, DICRIM y el fiscal general de Hato Mayor, así como por la fiscal de San Pedro de Macorís.