miércoles, 11 de marzo de 2015

¿Se levantará Leonel de tan fieros ataques? ¿O está jaque mate?


Una revisión analítica de la vida política de Leonel Fernández después de 2012, cuando abandonó el poder, sugiere que ha sido sometido a un proceso dirigido a liquidar sus posibilidades de retornar al poder.
¿Quiénes podrían estar detrás de la orquestación de ese propósito? Por momentos podría ser fácil desentrañarlo, pero otras veces no. Si se mira hacia los primeros momentos después de agosto de 2012, la respuesta podría encontrarse en los hechos que le sucedieron, pero si se avanza un poco más, como en estos días, el ejercicio no sería tan sencillo, más bien se complica.

De todas formas, lo que importa es que de acuerdo a las indicaciones, los adversarios del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y en particular, los enemigos de Fernández, habrían entendido la necesidad de impedir su vuelta al poder recurriendo a cualquier medio.

En todos los escenarios, resalta que el centro de la estrategia utilizada consiste en derrumbarlo desde antes de que empezara formalmente la guerra por la presidencia de la República en 2016, en el supuesto de que es el hombre a vencer.

¿Pero por qué medio? Según lo que se ha visto hasta ahora la vía parece ser el descrédito y mediante el mismo la descalificación. Desde el punto de vista de la Ley tendría que ser el resultado de una condena judicial, lo que se descartó desde el principio, cuando Guillermo Moreno lo sometió en 2013 por los cargos de prevaricación y corrupción para su provecho particular y de Funglode. 

El expediente, que debió ser decidido por el Ministerio Público, no prosperó, pero tuvo un amplio eco. Y millones de miradas se proyectaron sobre su obra particular más importante. En esa perspectiva, esa institución era el fruto de la corrupción y el uso perverso del poder.

Además de la persecución judicial de Moreno, el expresidente fue objeto de asedio político. Por la denuncia del déficit fiscal, grupos de manifestantes montaron “varios juicios populares” contra su persona que terminaban en “sentencias condenatorias”. La misma sede de Funglode fue objeto de ataques, y en algún momento llegaron al extremo de la confrontación con algunos vecinos de esa institución.