Para las Águilas Cibaeñas la clasificación a post temporada (53 de por vida) en la pelota dominicana se ha convertido en algo rutinario. Así ha ocurrido en las pasadas cuatro campañas donde lograron ganar la serie regular en las tres previas ocasiones -2011, 1 2y 13- quedando en segundo lugar en el recién concluido primer tramo del béisbol quisqueyano y ganando la Copa del Cibao.
Sin embargo, la meta final de los cibaeños amarillos no se ha cumplido, pues les falta la anhelada corona 21 que tanto buscan y no encuentran desde el 2008.
Quilvio Hernández y Stanley Javier, respectivamente presidente y gerente del club cibaeño, hicieron énfasis en armar una novena compuesta por jugadores de talento joven combinada con la de otros más veteranos y que estos fueran dirigidos por un hombre nuevo, sin compromiso y que se ajustara a los nuevos planes del equipo, por ello contrataron al norteamericano Andy Barkett. Los resultados de esas diligencias han sido satisfactorios, hasta ahora.
Las Águilas jugaron para récord de 30-20 y lideraron varias categorías ofensivas: jonrones (45), dobles (96), total de bases (708), slugging (.413) y Ops (.754); fueron segundas en bateo (.272), hits (467), remolcadas (219) y porcentaje de embasarse (.341). Ese barraje ofensivo fue factor para que el dirigente Barkett no tuviera la necesidad de mandar al robo de bases. El pitcheo colectivo del club tuvo la segunda mejor efectividad de la liga con 3.33. Este año, las Águilas se estafaron 28 bases, una diferencia muy considerable en relación al año anterior cuando fueron líderes con un total de 59. De la misma manera que en años anteriores, no cabe señalar un solo jugador como el principal responsable del éxito de las Águilas. Se puede mencionar multitud de nombres por la distribución repartida de aportes que hubo tanto de jugadores de posición, como de lanzadores.
DESEMPEÑO DE JUGADORES
Andy Marte (7 hr y 13 empujadas) fue el azote de la liga durante un mes hasta que hubo de partir a Corea por cumplimiento de contrato.
El regreso de Manny Ramírez fue muy productivo además de inspirador para los más jóvenes.
El “Manny”, en rol de bateador designado, tuvo su mejor temporada en Quisqueya, siendo de constante ofensiva que le mereció ser bailoteado para premios de jugador más valioso del torneo gracias a una línea ofensiva de .313, seis jonrones, 11 dobles y 28 remolcadas.
Así mismo, el inicialista Dan Black remembró la temporada pasada con su fino bateo y buen porcentaje de embasarse . Otra vez el ambidextro bateador norteamericano encajó a la perfección en el medio de la alineación mamey aportando promedio de .302, seis cuadrangulares y 23 impulsadas.
Su regreso es vital para las aspiraciones del equipo.
Zoilo Almonte, quien se integró al equipo tres semanas después del inicio de temporada, volvió a demostrar su capacidad de castigar el pitcheo contrario al quedar líder de bateo del club y segundo de todo el circuito con un robusto .338, segundo en hits dentro del equipo (47) solo uno detrás del líder (Ynoa 48), demostrando, otra vez, que el gerente Javier no se equivocó en traerlo a bordo hace dos años.
El infielder Rafael Ynoa tuvo dos rachas, una de nueve y otra de 17, de juegos conectando de hit por lo que estuvo durante mes y medio dominando el liderato de bateo, hasta que molestias físicas mermaron su ofensiva, finalizando con un .293.
La camada de jugadores novatos del equipo amarillo respondió a las oportunidades que les presentó Barkett.
El jardinero Willy García co lideró el circuito en dobles (13) además despachó cuatro jonrones y jugó una defensa premium. El centrocampista Yefri Pérez imprimió velocidad y enseñó brazo certero.
Otros como Danny Richar (4 hr), Jordy Lara (3 hr), Francisco Peña (4 hr), Franco, Audrey Pérez y los más noveles Diego Goris, Edwin Espinal y Andy Fermín, fueron de valiosos aportes en varias de las victorias mamey.
PITCHEO
La efectividad colectiva de las Águilas fue la segunda más baja de la liga al registrar 3.33 carreras por entrada.
El pitcheo abridor caminó de los brazos de Liam Hendriks (4-1) -líder en efectividad (1.62) al momento de partir-, Frank Batista (3-1) y Ángel Castro (3-4).
El derecho Batista, convertido en abridor y luego utilizado como relevista largo, fue el gran aliciente que subía a la lomita cada cinco días. Batista ganó tres juegos y en la parte final de la regular brindó solidez al staff de relevistas, que tuvo en Johan Yan su principal cara, al lograr seis victorias y un promedio de carreras limpias de 2.76.
Juan Saint Hilaire