sábado, 5 de julio de 2014

BRASIL Celebra COLOMBIA Llora.


Colombia, un equipo que busca el crecimiento y su propia historia, dejó en evidencia a Brasil, que salvó el pescuezo gracias a dos acciones a balón parado de sus centrales para lograr el pase a las semifinales del Mundial, en la que se encontrará el 8 de julio con Alemania en Belo Horizonte.
Brasil, sin magia alguna y aferrado al reloj en el tramo final del partido, rentabilizó a sus defensas también ante el gol.
Dos de sus zagueros, Thiago Silva y David Luiz apagaron el fuego de un choque invadido por la zozobra en los minutos finales, en los que Neymar fue retirado en camilla.
Brasil acabó agobiado, mirando el tiempo. En una cuenta atrás interminable y resguardado en su meta. Con el miedo en el cuerpo tras el penalti transformado por James, al que la cita en ningún caso le vino grande.
Ambos técnicos tomaron precauciones de entrada. A Luiz Felipe Scolari se le agotó la paciencia con Dani Alves, al que mandó al banco para dar entrada a Maicon. Cumplió su amenaza el preparador, que mantuvo al resto del equipo esperado. Incluido al atacante Fred. Su participación siempre está en el aire. Pero termina por jugar.
José Pekerman pretendió dar más solidez. Fue la hora de Fredy Guarín como titular para el centro del campo junto a Carlos Sánchez. Además, recuperó como titular a Víctor Ibarbo en el sitio de Jackson Martínez.
El partido dio un vuelco pronto. Propiciado por un error en cadena de la zaga colombiana en un saque de esquina botado por Neymar. 'La Roca' Sánchez, sin embargo, quedó señalado. Thiago Silva, sin oposición, empujó el balón a la red. Solo habían transcurrido siete minutos de partido.
Colombia pretendió reaccionar en medio de la fiesta brasileña. Fue un arrebato de rabia. Juan Guillermo Cuadrado tuvo cerca el empate con un buen disparo que terminó en saque de esquina.
Fue la dinámica que adquirió el partido. Desde ese momento alocado, roto. Un cuerpo a cuerpo descarado que benefició a Brasil, más asentado en la faena. También trabado, brusco. Sin continuidad.
No hubo juego en el centro del campo y en el vaivén Brasil estuvo cómodo. Cada vez que llegó al área cafetera dio sensación de peligro. La zaga colombiana tiritaba. El meta David Ospina sacó a su equipo de más de un apuro. En concreto de dos, ambos provocados por Hulk.
Pekerman, en la previa, habló de un partido para disfrutar. No dio esa sensación en Colombia, siempre por detrás. Sin capacidad de reaccionar de forma adecuada en el partido del Mundial que se encontró en desventaja.
No tuvo capacidad para la pausa el cuadro cafetero. James lo buscó pero en cada intento se sintió avasallado. Abrumado. También Cuadrado.
Pero no tuvieron compañía ni el balón para elaborar ante un adversario que se sintió superior. Cobijado en su gran historia y sin complejos. Con el control de la situación y arropado por Fernandinho, que leyó el partido a la perfección.
Pekerman buscó una primera solución en el intermedio y tiró de Adrián Ramos, en lugar de Ibarbo. Buscó más la pelota Colombia. También la iniciativa. La tuvo pero sin regularidad. Cada intento se topó ante la fortaleza de Thiago Silva y David Luiz, especialmente. No dispuso de acciones de claridad.
Otra jugada a balón parado acabó con las dudas de Brasil y con el ímpetu colombiano. Una falta lejana, un obús de David Luiz volvió a superar a Ospina.
Carlos Bacca salió por Teófilo Gutiérrez. No había jugado un solo minuto el atacante del Sevilla que en la primera que tuvo fue trabado por Julio César. James marcó el penalti. Su sexto gol. Que metió a Colombia otra vez en la pelea a falta de diez minutos.
El equipo de Pekerman lo intentó hasta el final. Brasil se ahogaba en su área y sus zagueros se tenían que multiplicar. Colombia acentuó el acoso y rondó el gol. Pero el tiempo acabó con su sueño.