Washington (EFE).- Joaquín “El Chapo” Guzmán enfrenta decenas de cargos en EE.UU., el mayor mercado del cartel de Sinaloa, y su perfil es tan notorio que las autoridades de Chicago lo consideran el “enemigo público número uno”, un criminal aún peor que el único otro que mereció esa etiqueta: el gángster Al Capone.
“El Chapo”, detenido este sábado en una operación conjunta mexicana y estadounidense, enfrenta cargos en al menos tres tribunales federales de EE.UU. por liderar una organización criminal -el cartel de Sinaloa-, blanquear dinero y conspirar para importar cocaína, heroína, marihuana y metanfetaminas al país norteamericano.
Las autoridades estadounidenses no han informado por ahora de ninguna petición formal de extradición y son conscientes de que es posible que la Fiscalía de México opte por procesar a Guzmán antes de que pueda responder por los cargos que enfrenta en EE.UU., según dijo una fuente oficial estadounidense al diario The Washington Post.
Para Estados Unidos, esta captura es “un logro emblemático, y una victoria para los ciudadanos” estadounidenses y mexicanos, según dijo hoy el secretario de Justicia de EE.UU., Eric Holder.
“El Chapo”, de 56 años, está requerido desde 1993 por un tribunal federal en Arizona, donde se le acusa de cargos relacionados con el narcotráfico, el crimen organizado y el lavado de dinero.
Dos años más tarde, en septiembre de 1995, el tribunal federal del distrito sur de California, en San Diego, lo acusó junto a 22 cómplices de conspirar para importar más de ocho toneladas de cocaína e incurrir en lavado de dinero.
También el tribunal federal del Distrito Norte de Illinois busca juzgar al recién capturado debido a que convirtió la ciudad de Chicago en uno de sus grandes núcleos de distribución dentro de Estados Unidos y supuestamente hizo pasar a través de ella entre 1,500 y 2,000 kilogramos de cocaína al mes.
El director en Chicago de la Agencia Estadounidense Antidrogas (DEA, en inglés), Jack Riley, anunció que buscará la extradición de “El Chapo” a esa jurisdicción porque su caso “es el más fuerte” de los que penden contra el narcotraficante en EE.UU.
“Voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para que sea juzgado aquí”, declaró Riley al periódico Suntimes.
El año pasado, “El Chapo” fue nombrado por la Comisión del Crimen de Chicago el “enemigo público número uno” de la ciudad, un nombre creado para acelerar la captura del líder mafioso Al Capone en 1930 y que hasta entonces no se había aplicado a ningún otro criminal.
“‘El Chapo’ ha sobrepasado con creces la carnicería y destrucción social que causó Al Capone”, dijo la Comisión del Crimen cuando hizo el anuncio en 2013.
En 2001, el Departamento del Tesoro incluyó a “El Chapo” en su “lista negra” de narcotraficantes, con el fin de congelar todas sus propiedades en Estados Unidos e impedir sus transacciones financieras, y progresivamente fue añadiendo a ese listado a familiares y supuestos colaboradores del poderoso narcotraficante.
Desde 2004, el Departamento de Estado y la DEA ofrecían hasta 5 millones de dólares por la captura del delincuente, que fue detenido en Guatemala en 1993 pero, tras ser entregado a su país de origen, escapó de una prisión mexicana en enero de 2001.
Según las autoridades estadounidenses, Guzmán recuperó el control pleno de su organización criminal después de fugarse de la cárcel, y logró diversificar sus actividades.
No obstante, los principales mercados del cartel de Sinaloa siguen siendo Estados Unidos y Europa del este, según dijo el escritor británico Malcolm Beith, autor del libro “El último narco” sobre la vida de “El Chapo”, en una entrevista con Efe en 2011.
Entonces, Beith pronosticó que una captura de “El Chapo” no supondría el fin de ese cartel debido a las dimensiones de su mercado en EE.UU., donde más del 12 % de la población son consumidores que gastan anualmente unos 65.000 millones de dólares en drogas.
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