La comunidad de Juncalito, del municipio de Jánico al sureste de la zona serrana de la provincia de Santiago, ha reaccionado con hermetismo y alegría al enterarse de que la Policía de Polonia apresó hoy al sacerdote Wojciech Gil (padre Alberto), quien está acusado de abusar sexualmente de varios niños.
Sin embargo, los comunitarios y los padres de los menores supuestamente abusados, esperan que las autoridades dominicanas gestionen la extradición del cura, para que se les juzgue aquí.
“Fueron muchos los daños que él cometió, destruyó la vida de esos muchachos para siempre”, indicó Juan Polibio Adames, un ganadero de la zona.
Sostuvo que los adolescentes han recibido terapias sicológicas por los traumas que les ha causado la situación en que se vieron envueltos.
De su lado Ana Lidia Rodríguez, estimó que los padres de algunos de los menores decidieron llevarlos a vivir a Santiago por un tiempo, como forma de que se relajen y no estén en el bullicio de la gente, porque eso agrava su situación.
También conversamos con uno de los padres dijo que junto a otros se querelló en contra del sacerdote Alberto por abusar de su hijo.
Este padre, de cuyo nombre se hace reserva para proteger a su hijo menor de edad, dijo que él, igual que los demás querellantes, siempre ha esperado justicia y que ahora que se le apresó en su país, las autoridades dominicanas deben tramitar su extradición para que se juzgue aquí.
En Juncalito hay quienes dicen que en la comunidad “casi todo el mundo”, incluyendo la Iglesia, conocía de “los pasos” del cura Gil, porque le gustaba consumir ron e irse de paseo con los niños a Santiago a los que compraba ropa y les hacía otros regalos.
El padre Alberto, como se le conocía en Juncalito, tenía menores bajo su cuidado, pero con el consentimiento de los padres.
Winston Rodríguez, padre de uno de los niños que estaba bajo el cuidado del padre, informó que siempre se mantuvo vigilante y que por eso su hijo no fue abusado.
“Cuando me decía que había un viaje al río o a la playa, no le permitía que fuera, pensaba en lo peligroso que sería la aventura”, dijo.
En octubre pasado, la fiscalía de Santiago, partiendo de los análisis que hizo la Unidad de Delitos de Alta Tecnología, tuvo acceso a cientos de fotos que conservaba el religioso en su archivo personal. Se encontraron entre 14 y 15 de niños. Los menores aparecen vistiendo ropa interior de mujer.
Aunque solo tres de los padres se querellaron formalmente en la fiscalía de Santiago en contra del padre Gil, las autoridades ministeriales sospechan que al menos 15 menores fueron abusados.
Según informaciones provenientes de Polonia, de probarse las acusaciones, el sacerdote podría pasar hasta doce años de prisión, según la legislación de ese país.
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