El estadio Cibao volvió a ser víctima de los ladrones, que una vez más lo dejaron a oscura.
Un total de 35 transformadores fueron robados de las torres del parque Cibao, por lo que ahora no se puede jugar nocturnamente.
Es bueno que se sepa, que cada lámpara tiene un transformador y que cada torre tiene alrededor de 20 bombillas.
El precio de cada transformador es de 6,500 pesos, por lo que estamos hablando de un robo de alrededor de 227,500 pesos.
Probablemente el comprador, que es cómplice, no le dé más de 6,500 pesos, que es el precio de uno.
El año pasado, hubo un robo similar, que perjudicó el desarrollo del béisbol amateur que se jugaba.
Pero no crean que robarse esos transformadores es un ¨trabajo¨ fácil para esos ladrones.
No, es un ¨trabajo¨ que tiene su riego, ya que deben subirse a una alta torre, volverse invisibles para que nadie los vea.
Ya en las alturas, que los pobres no sufran de vértigo, tiene que arriesgarse abrir el foco, desconectar el transformador y luego descender con él, con todo el peligro que eso implica.
Si la carga es muy pesada, debe arrojarla, exponiéndose a que haga ruido y alguien se pueda dar cuenta y se pierda el esfuerzo.
Los militares que están por ahí, hacen bien en quedarse o hacerse los dormidos, porque si les tiran, los tumban y mueren, los Derechos Humanos no se quedarán de brazos cruzados, aunque haya algunos zurdos humanos.
Un total de 35 transformadores fueron robados de las torres del parque Cibao, por lo que ahora no se puede jugar nocturnamente.
Es bueno que se sepa, que cada lámpara tiene un transformador y que cada torre tiene alrededor de 20 bombillas.
El precio de cada transformador es de 6,500 pesos, por lo que estamos hablando de un robo de alrededor de 227,500 pesos.
Probablemente el comprador, que es cómplice, no le dé más de 6,500 pesos, que es el precio de uno.
El año pasado, hubo un robo similar, que perjudicó el desarrollo del béisbol amateur que se jugaba.
Pero no crean que robarse esos transformadores es un ¨trabajo¨ fácil para esos ladrones.
No, es un ¨trabajo¨ que tiene su riego, ya que deben subirse a una alta torre, volverse invisibles para que nadie los vea.
Ya en las alturas, que los pobres no sufran de vértigo, tiene que arriesgarse abrir el foco, desconectar el transformador y luego descender con él, con todo el peligro que eso implica.
Si la carga es muy pesada, debe arrojarla, exponiéndose a que haga ruido y alguien se pueda dar cuenta y se pierda el esfuerzo.
Los militares que están por ahí, hacen bien en quedarse o hacerse los dormidos, porque si les tiran, los tumban y mueren, los Derechos Humanos no se quedarán de brazos cruzados, aunque haya algunos zurdos humanos.