El sexo oral es una de las prácticas más placenteras tanto como para los hombres como para las mujeres y, al contrario que el sexo anal, tiene muchísima aceptación social. Contrariamente a lo que muchos piensan, practicar sexo oral también tiene sus riesgos. Así que no se lo tome como que está practicando el sexo más seguro, porque la mucosa de la boca y de la vagina son demasiado parecidas. “Hay pequeñas lesiones, cortes o heridas, llagas o enfermedades en encías, que aunque no se perciban, son una vía de entrada directa de virus y bacterias”. Lo avisa Iván Rotella, sexólogo y portavoz de la Asociación Estatal de Profesionales de la Sexología (AEPS).
Con esta práctica no se puede engendrar un feto. Pero debe quedar claro que todas las enfermedades de transmisión sexual se pasan también oralmente... Así que no hay excepciones para desechar la práctica del condón. En el caso del sida, si no hay herida en la boca, la saliva protege contra el virus. Pero no lo olvide: el más mínimo rasguño en las encías, en las paredes de la mejilla o en la garganta es suficiente para introducir el virus en tu cuerpo.
Si bien existen medidas de protección, que podemos tomar a la hora de practicar sexo oral seguro, como el campo de látex o el uso de preservativo, lo cierto es que en la práctica, muy pocas personas toman estos recaudos.
Rotella propone usar condones u otras barreras para hacer que el sexo oral sea aún más seguro, aunque haya voces alrededor que insistan en que el sabor es asqueroso y es muy incómodo hacerlo con la protección de un condón. Rotella recuerda que en pleno siglo XXI se puede disfrutar de un sexo seguro con condones que se adaptan al gusto del consumidor: fresa, chocolate, frambuesa… Sólo es cuestión de elegir y probar.
Una pareja estable, con una funcionalidad sana, podría practicar sexo oral sin preservativo. Pero esta actividad se vuelve peligrosa si se realiza con una persona que tiene varias parejas y más aún si lo hace con desconocidos, si sólo son compañeros ocasionales del sexo. Un semen sano no hace daño a nadie. Pero si el individuo tuviese el sida, podría pasárselo a la otra persona a través de la mucosa oral a través de alguna herida que tenga en la boca. Al fin y al cabo, de lo que se trata es de disfrutar de una sexualidad responsable y segura.
Los despistados deberían tener en cuenta algunos de los síntomas que reconocen que la persona con la que está puede contagiarle de alguna enfermedad de transmisión sexual: picazón, irritación, presencia de bultos, dolor al orinar, dolor pélvico y abundante flujo en los genitales. Muchas de estas enfermedades, a excepción del sida, se pueden tratar exitosamente y curarse por completo. Por eso es fundamental que ante el primer síntoma que experimente, consulte con un especialista, por su propia salud y para evitar que propague la enfermedad a las personas con las cuales tienes algún tipo de contacto sexual.
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