Santiago.-Asaltantes, consumidores de drogas y depravados sexuales han tomado el histórico parque Imbert de Santiago, como espacio para cometer sus fechorías.
Pese a estar ubicado en pleno casco urbano, el espacio recreativo levantado en honor al prócer José María Imbert, es refugio de la delincuencia.
El temor es tan grande que hasta las trabajadoras del departamento de limpieza de la alcaldía, que tiene a cargo barrer en el entorno del parque Imbert se niegan hacerlo ante el temor a ser acuchilladas o asaltadas o ser violadas sexualmente.
Dicen que en los últimos meses el lugar es compartido tanto por delincuentes dominicanos como de nacionalidad haitiana, que llegan al punto de masturbarse a plena luz del día para atemorizar a quienes caminan por el área.
“Muchas veces se colocan varios hombres, tanto en el entono como en la parte plata y empiezan a masturbar y a vocearnos malas palabras, sin que nadie haga nada”, refiere una mujer solo identificada como Natalia.
Los moradores del sector, dicen que estos son los responsables de robar tapas del alcantarillado y alambres en distintos puntos de la ciudad para venderlas alas metaleras.
Ayer, la empresa Claro-Codetel denunció que el cobro de cables en comunidades de Cienfuegos, la zona sur del municipio y Jardines del Oeste le han causado pérdidas millonarias, por lo que llaman a las autoridades a enfrentar esa práctica.
También en la calle Lolo Pichardo, en la zona baja de la ciudad, sus moradores dicen que los consumidores de drogas de los llamados (piperos) han cargado con parte del cable hasta de los parques y áreas recreativas.
La vigilancia en esos espacios recreativos es prácticamente nula, pese a las constantes quejas de los ciudadanos.
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