jueves, 1 de septiembre de 2016

Dilma Rousseff es destituida como presidenta de Brasil.


La era de Dilma Rousseff ya es historia en Brasil. El 'impeachment' se concretó este miércoles con los votos de 61 senadores contra 20 (eran necesarios un mínimo de 54 votos) y decretó la "pena de muerte política" de la ya ex presidenta, reelegida en 2014, que ha calificado la destitución como un "golpe" antidemocrático. Rousseff, sin embargo, no ha quedado inhabilitada para ocupar cargos públicos en el futuro.

En esta segunda votación, 42 senadores se inclinaron por inhabilitar a Rousseff, 36 votaron a favor de mantenerle los derechos y hubo 3 abstenciones, por lo que no se alcanzaron los dos tercios (54 votos) necesarios para aprobar la moción. Para los congresistas que votaron en su contra, primero en la Cámara de los diputados y ahora en el senado, las maniobras fiscales realizadas por Rousseff en 2015 constituyen un crimen de responsabilidad y perjudicaron a las cuentas públicas del país.

 "Volveremos"Dilma ha reaccionado ante la destitución calificándola, de nuevo, de "golpe de Estado" y reiterando que "condenaron a una inocente". "Piensan que nos han vencido, se equivocan", ha declarado.

 "Volveremos, volveremos. Sé que todos vamos a luchar", añadió. El 'caso Petrobras', el mayor escándalo de corrupción de la historia de Brasil, es no obstante uno de los motores del cese de la mandataria y el que le dio alas de legitimidad en las calles.

 El gobierno interino de Michel Temer, que estará al frente del país hasta 2018, también está manchado por la trama de pagos ilegales repartidos entre cargos políticos de varios partidos, incluido el PT, directivos de la petrolera Petrobras y ejecutivos de las constructoras de las obras públicas cuyas concesiones fueron amañadas. Temer, de 75 años, asumió formalmente su cargo en el Palacio de Planalto de Brasilia tres horas después de ejecutarse la destitución de Dilma y pone fin definitivo a 13 años de gobiernos de izquierdas en el país.