jueves, 30 de junio de 2016

Felicidades a los maestros en su día.


“El Día del Maestro” fue consagrado el 30 de junio mediante la Resolución No. 6-39, de fecha 6 de junio de 1939, siendo Secretario de Estado de Justicia, Educación Pública y Bellas Artes el licenciado Virgilio Díaz Ordóñez.

Sectores importantes de la vida nacional manifiestan muy acertadamente que la educación es la base del desarrollo y nadie discute la verdad que encierra el presente enunciado.

Tomando como base la verdad que encierra este principio y recordando la sabia expresión del gran liberador de América Simón Bolívar de que “un pueblo ignorante es instrumento de su propia destrucción” afirmamos que el maestro al ser el forjador del proceso educativo, resalta el valor y la importancia que él reviste ya que a cambio de nada, se desvela por la educación de los niños, considerados como el futuro de la patria, así como de los adultos quienes son un factor importante para el desarrollo de los pueblos.

Destaquemos pues el valor y la importancia académica y moral que tenemos los que, como maestros nos ocupamos del proceso educativo, de tal manera que nunca será grande el precio que pagamos a los maestros, sin embargo, si lo es el pago moral que se desprende de la expresión del gran educador dominicano Juan Vicente Moscoso que se molestaba cuando le preguntaban por el precio de sus cátedras porque para él el precio más valioso era aquel que recibía cuando se encontraba con los que habían sido sus alumnos y se quitaban el sombrero, lo saludaban con respeto y hasta se arrodillaban humildemente.

Indudablemente que la situación del maestro ha cambiado bastante en comparación con épocas anteriores lo que se debe a la lucha de los propios maestros y a la aceptación de los funcionarios educativos que están de acuerdo y han aprobado la lucha del Sindicato Magisterial de conseguir mejores y mayores oportunidades para los educadores.

Tomando en cuenta la función de los maestros, resultaría difícil tratar de definir su significado etimológico y hasta conceptual. Sin embargo, haciendo uso de la historia y de la pedagogía, me voy a referir a algunas de las alusiones referentes al maestro, y así leemos cómo Quintillano y Luis Vives insertan aspectos del maestro en sus obras de contenido pedagógico general, y los grandes Santos de la Iglesia católica, San Agustín y Santo Tomás, califican “De magistro” sus grandes obras pedagógicas.

El Papa Pío XI en su Encíclica sobre la educación cristiana de la juventud decía con gran acierto: “Las buenas escuelas son fruto no tanto de las buenas ordenaciones, cuanto de los buenos maestros”.

Resulta difícil y complejo definir al maestro tanto desde el punto de vista etimológico como conceptual y es mi pensar que son válidas las definiciones que trae el diccionario de Pedagogía de Víctor García Hoz entre los que se destacan las siguientes:

En primer lugar, “el maestro es el hombre eminentemente que en cualquier faceta de la cultura, con su obra científica y literaria verdaderamente relevante, influye en la vida y la formación, incluso de los que establecen contacto con él solo a través de sus obras.

En segundo lugar, tenemos el vocablo maestro con un sentido o significado más restringido: “hombre que consagra su vida a la tarea educativa”.

La jubilación con sueldo completo, como la concibió el maestro y sociólogo Don Eugenio María de Hostos, a principios del presente siglo, en su proyecto de reforma educativa de 1901, es el premio mayor que puede ofrecérsele a esta clase olvidada, como justo homenaje a su gran apostolado educativo.

Es por ello que la Universidad UTE y el Cedi Bilingual School han preparado un modesto pero sincero reconocimiento, almuerzo y homenajes a sus distinguidos y queridos facilitadores y maestros.