miércoles, 8 de junio de 2016

Cavaliers devuelve la bofetada a Warriors‏ en Juego 3 de la final.


CLEVELAND – El Juego 3 de las Finales de la NBA entre Cleveland Cavaliers y Golden State Warriors se antojaba primordial. Una derrota de los Cavs les dejaba casi desahuciados del título por segundo año al hilo, mientras que un triunfo le mantenía con vida, con oxígeno y con una moral dañada hasta el momento.

Se cumplió la segunda premisa y los locales no tuvieron piedad de unos Warriors irreconocibles para dejar la serie 1-2. Los californianos estuvieron a años luz del plantel que había ganado los siete últimos encuentros ante LeBron James y compañía (tres de ellos como visitantes) desde las Finales de 2015 hasta este momento, la distancia fue máxima con respecto a ese grupo que había limitado a los Cavs a menos de 100 puntos en todos y cada uno de esos partidos. Todo eso se perdió en una batalla en la que el ‘Rey’ lo fue más que nunca en esta serie (32 puntos, 11 rebotes y seis asistencias) y donde Kyrie Irving (30 puntos, ocho asistencias y cuatro rebotes) despertó de un letargo de dos partidos.

La ausencia de Kevin Love pareció dar un extra de motivación –si cabe- para que solventaran una empresa en la que Stephen Curry (19 puntos con 6-de-13 en tiros de campo, 3-de-9 en triples y cuatro faltas personales) y Klay Thompson (10 puntos con 3-de-13 en tiros de campo y 1-de-7 en triples) volvieron a estar fuera de juego. Las pérdidas de balón de los Warriors (17 en las que cedieron 32 puntos), sucumbir a la intensidad defensiva de los Cavaliers, la incapacidad para aprovechar las segundas oportunidades (21-3 en contra), su blandura en la pintura (48-32), su inaudita falta de efectividad más allá del arco y su falta de coraje desmejoró la imagen que habían logrado durante los dos primeros encuentros de la serie.