lunes, 30 de mayo de 2016

Obama dice que a los líderes mundiales les preocupa el auge de Trump.


El jueves el presidente Barack Obama subió al escenario mundial para advertirles a los estadounidenses que los aliados de EEUU están “inquietos” por el auge de Donald Trump y sorprendidos de que se haya convertido en el candidato republicano.

El Sr. Obama dijo en una conferencia de prensa en la cumbre del Grupo de los Siete en Japón que sus colegas estaban “muy atentos” a la elección y a las declaraciones que el magnate de Nueva York ha hecho durante la campaña.

“Ellos no saben cuán seriamente tomar algunas de sus declaraciones, pero él los pone nerviosos”, dijo el Sr. Obama después de las conversaciones con los líderes del G7 de Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia y Canadá.

El Sr. Obama ya ha criticado al Sr. Trump, pero es raro que un presidente estadounidense intervenga en una elección presidencial de semejante forma mientras se encuentra en el extranjero. Sus comentarios ponen de manifiesto el creciente nerviosismo en muchos países acerca del Sr. Trump, conforme las recientes encuestas estadounidenses lo muestran parejo con la candidata demócrata Hillary Clinton.

Al hablar en Dakota del Norte el jueves, el Sr. Trump respondió a las críticas del Sr. Obama llamándolo un presidente “horrible”. También dijo que estaba contento de que los líderes extranjeros estuvieran nerviosos, declarando que “es bueno poner nervioso a alguien”.

Trump ha provocado preocupación en todo el mundo con propuestas que van desde prohibirles a los musulmanes entrar a EEUU y construir un muro en la frontera entre EEUU y México hasta animar a Japón y Corea del Sur a que consideren construir armas nucleares con el fin de aliviar la carga que representa para EEUU defenderlos de Corea del Norte.

David Cameron, primer ministro del Reino Unido, criticó previamente al Sr. Trump por sus comentarios sobre los musulmanes, lo cual provocó que el magnate dijera que las relaciones con el Reino Unido probablemente sufrirían si él se convirtiera en presidente.

A principios de este año, Matteo Renzi, el primer ministro italiano, dijo que colaboraría con quien se convirtiera en presidente de EEUU, pero que “apoyaba a Hillary Clinton”.

En lo que se consideró un importante discurso sobre política exterior en abril, el Sr. Trump describió un enfoque de “EEUU Primero” que combinó la retórica fuerte, pero vaga, en la lucha contra el Estado Islámico con una fuerte dosis de aislacionismo. También ha provocado ansiedad entre los aliados de EEUU y el orden establecido de la política exterior republicana al sugerir que Washington jugaría un papel menor en la OTAN a menos que los países miembros de la alianza transatlántica de seguridad contribuyeran más a su propia defensa.

La semana pasada el Sr. Trump dijo que también estaba listo para negociar con Kim Jong Un, el autoritario líder de Corea del Norte, para intentar eliminar las armas nucleares de la península coreana. Las administraciones de Obama y Bush han insistido en que Corea del Norte abandone su programa de armas nucleares antes de que se realicen negociaciones sobre la normalización de las relaciones entre los países.

El gran auge del populismo ha sido un tema de conversación tras bambalinas entre los líderes del G7 que participan en la cumbre.

Martin Selmayr, jefe de personal de Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, escribió un mensaje de Twitter acerca de un “escenario de horror” en el que los populistas toman el poder en todo el mundo. “¿El 2017 con Trump, Le Pen, Boris Johnson y Beppe Grillo?”, escribió.

El auge del Sr. Trump ha causado una enorme consternación en Japón, dados sus comentarios sobre hacer que el país pague su propia defensa, o desarrolle sus propias armas nucleares.

La actitud de Tokio hasta el momento ha sido tranquila y ha dicho que respetará la decisión de los votantes estadounidenses. Pero la candidatura del Sr. Trump es especialmente difícil para el gobierno de Shinzo Abe, el primer ministro, porque normalmente Japón se siente más cómodo con un republicano en la Casa Blanca.

Las preocupaciones sobre quién está asesorando al Sr. Trump en materia de política exterior también resuenan en Washington, donde a muchas embajadas extranjeras les es difícil identificar a los asesores del Sr. Trump para cultivar las relaciones de cara a la elección general. El Sr. Trump ha nombrado solamente un pequeño número — ampliamente considerados de tercera categoría — de expertos en política exterior. Los republicanos con más experiencia están excluidos a causa de desacuerdos sobre su estilo y sus políticas.