Algo queda claro en los recorridos y concentraciones políticas de Danilo Medina y Luis Abinader por todo el país: sus ausencias en el sur y el este de la nación, las dos regiones menos visitadas por los candidatos en sus campañas electorales.
Danilo Medina, candidato a la reelección por quince partidos políticos, se volcó hacia el norte del país con caravanas y marchas por las 14 provincias que componen esa región. Luis Abinader, su adversario, se concentró en el Gran Santo Domingo, la conjunción de la capital dominicana y la demarcación de mayor número de ciudadanos.
Danilo Medina dedicó el 42.45% de sus caravanas y concentraciones a recorrer las 14 provincias del Cibao, con atención en segundo plano al Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo. Su tiempo a las regiones sur y éste los dedicó en 17.92 y 12.26%, respectivamente.
Luis Abinader enfocó su trabajo en el Gran Santo Domingo, demarcaciones a las que dedicó el 38.61% de sus salidas a recorridos y visitas, para luego centrarse en el Cibao, donde pasó el 33.66 de su tiempo en la calle entre enero y mayo, período de tiempo del monitoreo.
Puede que una de las respuestas a estos comportamientos lo sean los datos del padrón de electores, el listado que contiene a 6,765,245 personas con derecho al voto en la cita del próximo domingo día 15, en la que los dominicanos acuden a las urnas para elegir a 4,106 autoridades.
El Gran Santo Domingo y las catorce provincias del Cibao suman el 66.46% de la totalidad de electores que tienen derecho a presentarse en las venideras elecciones. Las provincias del sur, en cambio, solo representan un 18.25% del registro de electores. Las seis provincias de la región Este tienen un peso en el padrón de votantes de 9.61%.
Esas salidas de los candidatos presidenciales podrían tener razón, además, en los resultados electorales de las elecciones pasadas. El hoy Presidente de la República perdió diez de las 14 provincias del Cibao, precisamente donde hoy fija sus esfuerzos de contacto.
Para 2012, la candidatura del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) que enfrentó a Danilo Medina, y que precisamente tenía a Luis Abinader como candidato vicepresidencial, perdió la provincia Santo Domingo y el Distrito Nacional, justo donde hoy concentra sus recorridos y concentraciones políticas.
Particularidades del proceso electoral, citadas también por directivos de los partidos políticos, ayudan a entender los movimientos por la geografía nacional de los dos candidatos presidenciales.
El caso más llamativo es el de la provincia Santo Domingo, la principal plaza política por personas inscritas en el registro electoral, por representantes al Congreso Nacional y la que, probablemente, presente el panorama más fraccionado, extraño y nebuloso de las elecciones.
Santo Domingo Este, su principal municipio, varió de forma drástica con el asesinato de Juan de los Santos, a quien se daba como ficha ganadora a la alcaldía junto al Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Su desaparición física tiene al partido gobernante con un candidato a alcalde, a su aliado de ocasión el Revolucionario Dominicano (PRD) con otro aspirante; al Revolucionario Moderno (PRM) también con una oferta distinta, al Reformista Social Cristiano (PRSC) y al Frente Amplio con las intenciones electorales de Manuel Jiménez, exdirigente de los oficialistas. Ese panorama tan disperso en la boleta municipal se replica en Santo Domingo Norte, donde PLD, PRD y PRM presentan aspiraciones independientes, con el interesante agregado de que la organización blanca busca la reelección de su candidato.
Santo Domingo Oeste es también interesante para los del PRM por haber logrado que José Andújar, que en las elecciones de 2010 estuvo a pocos votos de ganar la alcaldía por el PLD, asumiera su propuesta electoral municipal.
En los viajes de los dos candidatos que aparecen punteros en todas las mediciones de ocasión resalta la curiosidad de que Danilo Medina tuvo más caravanas y concentraciones (106) que Luis Abinader, que registró 101. Entonces es importante aclarar que la tendencia del presidente Medina fue recorrer varias provincias en un mismo día, contrario a Luis Abinader, que por lo regular optaba por visitar solo una o dos provincias por día, donde realizaba su proselitismo con mayor amplitud por los municipios.
Los días favoritos de Medina fueron los fines de semana, aunque registró en los dos meses finales apariciones desde mitad de semana.
En Luis Abinader se ve un comportamiento muy diferente con concentraciones políticas los lunes o martes, sin una distinción entre los días.