El fin de una relación puede llegar tras un mutuo acuerdo o también por una decisión unilateral. En este último caso, la persona abandonada aún puede sentir amor durante mucho tiempo por quien lo dejó y este sentimiento puede reavivarse con solo volver a intentar tener la relación anterior. Yo lo suelo comparar con el aire fresco que aviva la llamarada de un fuego apagado.
En el caso de que el tiempo que pasó sea demasiado, entonces las cenizas no arderán con la misma fuerza que antes, pues es casi seguro que los sentimientos habrán cambiado y que todo lo que pase de ahora en más sea muy distinto al pasado. En este caso no te inquietes si el fuego no aparece, pues es normal que muchas veces cueste encenderlo.
¿Qué ocurre si uno de los dos siente que el fuego se aviva pero el otro no?
En este caso, lo único que queda es esperar, pues si tu sientes que te volviste a enamorar pero no eres correspondida -o viceversa- nada hay que se pueda hacer, pues no se puede forzar a la otra persona a sentir lo que no siente, porque en ese caso sería una relación irreal que no duraría mucho tiempo.
Que el fuego se avive depende siempre de ambos y no solo de una de las dos partes.
¿Cómo darte cuenta que se avivó la llama?
Para darte cuenta que la llama se avivó, no necesitas ser una gran detective, pues con solo sentir las antiguas mariposas en tu estómago será más que suficiente.
En conclusión la frase “donde hubo fuego, cenizas quedan” es cierta solo en partes, porque no siempre es así y solo en pocos casos esta afirmación se cumple siendo más bien todo lo contrario. En realidad, siempre depende de cada uno, pues hay personas que a pesar del paso del tiempo y la separación tienen los mismos sentimientos de antaño, en cambio otras, por el contrario, tienen la capacidad de decir “lo pasado pisado” y continuar con sus vidas sin sentir absolutamente nada.
¿Qué piensas? ¿Estás de acuerdo con la afirmación que dice que donde hubo fuego cenizas quedan? ¿Por qué?
