El voto de confianza que pidió el jefe de la Policía, Nelson Peguero Paredes, para sus agentes ha chocado con una sociedad ya incrédula, desconfiada.
La prensa local cuestionó a ciudadanos de Santo Domingo sobre ese llamado que hizo Peguero Paredes de que confiaran en su personal y también usó las redes sociales para saber qué pensaba la gente. En general, la sociedad entiende que más que enviar un mensaje, esa institución debe ser saneada y es con hechos que demostrará si es digna de confianza. Cuando se le pregunta su opinión en torno a los policías, los contactados por reporteros respondieron, por lo regular, con anécdotas de “macuteo” y de denuncias que no llegaron a nada. Y en Facebook, los usuarios se desahogaron y fueron bastante duros.
El comerciante Rafael Ledesma tiene una historia reciente: “El viernes pasado venía con mi cuñado en la avenida Los Beisbolistas (Manoguayabo) como a las 10:30 de la noche, en un punto donde no había lámparas ni personas. Nos paró la Policía y nos preguntó por la licencia, placa y los papeles del vehículo y todo estaba en orden. Nos dijeron ‘dame RD$500’ y como no teníamos le ofrecimos RD$200 y nos respondieron que ellos eran demasiado”, cuenta Ledesma, quien terminó entregando un radio y una bocina. “¿A quién uno denuncia? En el destacamento nos preguntaron si teníamos pruebas y si nos atrevíamos a señalarlos. ¿Cómo uno los señala? Y es fácil”, analiza.
Y continúan las opiniones. “Los policías son los primeros ladrones, los primeros maltratos que he visto, vienen de los policías”, dice una señora en el sector Los Ríos, Distrito Nacional, que se niega a ser retratada y le comenta a su familiar que tampoco deje ser fotografiado “porque después le dan”.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos y la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus) coinciden en que en la Policía Nacional faltan más que buenas intenciones de parte de Peguero Paredes. Y ambas entidades abogan por una reforma.
“Para que la ciudadanía pueda escuchar ese llamado y volver a retomar la confianza, los agentes tienen que ser sometidos a un proceso de saneamiento, que empiece desde arriba hasta abajo. No solo como hasta ahora se ha llevado en materia de depuración, que solamente se toca abajo”, opina el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Manuel María Mercedes.
María Mercedes no cree en la promesa de jefe de la Policía, de que hará lo posible para que esa institución funcione. “Esa promesa y ese llamado se ha formulado en otras ocasiones y no hemos visto resultados”. Y dice que mientras la sociedad vea diariamente a un policía pidiendo, extorsionando, maltratando y ejecutando, no hay condiciones para generar ese clima. Para el vicepresidente ejecutivo de la Finjus, Servio Tulio Castaños Guzmán, el trabajo que pueda hacer el actual jefe de la Policía en su gestión debe venir acompañado de la aprobación de la ley de Reforma Policial que está en manos del Congreso, mayor presupuesto y “una depuración real de lo que no sirve”. “Con el actual presupuesto, la Policía está en una condición muy precaria para ofrecer el servicio que real y efectivamente aporte a la seguridad ciudadana”, analiza Castaños Guzmán, quien reconoce el esfuerzo de Peguero Paredes y del actual Gobierno por cambiar mejorar esa institución.
Para Waleska Benzán, residente en Herrera, es necesaria una confianza sobre la base de acciones concretas. “Que yo salga a la calle y no tenga el sobresalto, como lo tengo, de que me van a asaltar”, opina.
Otros ciudadanos abordados concuerdan en que el discurso del jefe de la Policía es repetitivo. Al cuestionar a los usuarios de Facebook qué les parecía el llamado de Peguero Paredes, se volcaron decenas de mensajes de desahogo que, en esencia, mostraban su miedo de salir a las calles y, en el peor de los casos, convertirse en víctimas del policía.