martes, 20 de enero de 2015

GIGANTES frenan a Las Estrellas blanqueándolas 4-0.


Las rachas llegaron a su fin. Los Gigantes del Cibao, que habian perdido seis partidos seguidos finalmente dejaron atrás la pesadilla por la cual atravesaban y conquistaron su primera victoria de la serie final, tras blanquear 4-0 a las Estrellas Orientales en el tercer choque del evento.

El zurdo Rafael Pérez encabezó a cuatro lanzadores, quienes se combinaron para detener el gran empuje mostrado por los paquidermos en los dos primeros encuentros y colocarle un mayor ritmo a la final, que en los dos primeros choques solo había sentido la gran algarabía de los parciales verdes.

A diferencias de sus dos colegas anteriores, el espigado Pérez si fue capaz de navegar una larga ruta, de 6.2 de entradas en su caso y con una mezcla magistral de sus pitcheos pudo dominar a unas Estrellas, que en los dos primeros compromisos habian desplegado una soberbia ofensiva, con 18 vueltas, al compás de 29 imparables, de los cuales nueve fueron dobletes y cuatro jonrones.

El ex- grandesligas apenas permitió dos aislados imparables, un sencillo de Gustavo Núñez, leugo de un out en el primero y otro de Robinson Canó iniciado el segundo capítulo. Otorgó dos boletos y abanicó a tres. Su labor recibió el soporte de los relevistas Michael Mariot, Zach Jackson y Ramón Ramírez, quien aceptó un triple de Junior Lake en el noveno, siendo esta una de las principales amenazas.

En la ofensiva, Moisés Sierra bateó de 3-3, incluyendo un doble, Jean Segura y Maikel Franco conectaron dos imparables cada uno para los Gigantes, que produjeron ocho incogibles y se aprovecharon de un par de costosos errores por parte de la defensa oriental.

Por primera vez en la serie, Los nordestanos se vieron en la jornada delante en la serie, tras su rally de tres vueltas en el quinto episodio.

Evan MaClane, el abridor de las Estrellas permaneció durante cinco entradas en el box, aceptó cinco imparables, permitió tres carreras, pero solo una de ella fue limpia, abanicó a uno. Las Estrellas tuvieron escasas amenazas de anotar carreras.