miércoles, 25 de junio de 2014

LEBRON y CARMELO encienden el verano de la NBA.


Las teorías de conspiración están volando por todos lados en donde se respira y habla de la NBA.
LeBron James y Carmelo Anthony ejerciendo sus respectivas opciones para salirse de sus contratos con el Miami Heat y los New York Knicks, respectivamente, ha enviado una claro mensaje al resto de la liga, y la respuesta ha sido de muchos ejecutivos sacando calculadoras para ver si pueden, dentro del tope salarial, firmar a ambos y por lo menos a uno de ellos.
La decisión de Anthony se dio ante un panorama en el cual los Knicks estaban claramente a punto de comenzar un proceso de reconstrucción y el delantero tenía otra visión de su futuro inmediato: jugar para un ganador, ahora.
El caso de James es muy distinto, ya que contrario a Anthony, James ya tiene sus títulos y sus trofeos de Jugador Más Valioso y su decisión no era una cuestión de metas personales, sino una visión de que el Heat no va a mejorar y tras la debacle de la serie final contra los San Antonio Spurs, era el momento preciso para pasar la página un comenzar un nuevo capítulo.
A pesar de su gran éxito que comenzó en el 2010 con las firmas de James y Chris Bosch, el Heat está encaminado hacia varios años de hoyos en la carretera. Debido a su inflada nómina, el Heat jugó por tercer año consecutivo por encima del tope salarial, lo que bajo el nuevo convenio colectivo los pone en un renglón de impuesto de lujo cuyo único adjetivo es prohibitivo.
Tanto Wade como Bosch tienen la misma opción de James mientras que el delantero Udonis Haslem tiene su opción para salirse de su contrato y el presidente del Heat, Pat Riley, había dejado claro que en este caso, el equipo no estaba en posición para invertir más.
Todo lo contrario, tenían que recortar y eso, no solo para LeBron, sino para cualquier jugador, es una nota discordante.
Para James, la coyuntura representa una oportunidad magistral y para varios equipos, este mercado de agentes libres se ha convertido en una temporada de pesca sin precedentes, pero para la cual necesitan la caña y carnada necesaria para llevarse el "peje gordo", en términos más sencillos: crear suficiente espacio dentro del tope salarial para acomodarlo.
Mucho se está especulando de que los Chicago Bulls, Cleveland Cavaliers, Houston Rockets y Los Angeles Lakers tienen espacio para maniobrar una firma conjunta, pero lo cierto es que el futuro inmediato del panorama de la NBA dependerá de las conversaciones y negociaciones que se den en los horas antes y durante el sorteo de novatos el jueves en la noche.
Con la salida de Anthony, los Knicks ahora son jugadores. Los Minnesota Timberwolves, se ha reportado, están buscando y escuchando ofertas por Kevin Love y el Orlando Magic tiene un muy versátil cuarto turno en el sorteo con la posibilidad de tener sobre $23 millones de espacio en el tope salarial.

Todo es posible en la viña del Señor.
Cualquier intento de predecir el futuro de James, Anthony, y los muchos otros agentes libres, es mera especulación. El jueves, con un sorteo de novatos no muy profundo y más de una docena de equipos cargando con contratos no garantizados, podría cambiar la cara de la NBA por los próximos tres años. Sin duda alguna, será una noche muy importante.
En el caso de James, el hacer pública su decisión de salirse de su contrato en Miami con seis días de antelación envía un mensaje muy claro a la liga: Estoy disponible.
Algunos criticarán que su decisión de irse de Miami después de cuatro años, al igual que hizo en Cleveland después de siete temporadas, es una falta de lealtad. Quizás lo es, pero la NBA ya no se trata de lealtad, sino de talento y negocios.