lunes, 29 de julio de 2013

Majaba el suelo de tierra de su casa para simular que tenía piso

La señora Yubelkys Sánchez ideó una técnica para amoldar el piso de tierra de la vulnerable vivienda donde residía hace 11 años en La Ciénaga, a orillas del río Ozama. "Yo lo barría bien, lo ponía parejito, lo majaba, lo ponía como un piso y lo cubría con una alfombra", recuerda.
Hoy vive en la empobrecida urbanización La Perla, del sector Villa Liberación de Santo Domingo Este, donde hace una década el gobierno trasladó a decenas de familias desalojadas de La Ciénaga, quienes a pesar de esto, no han mejorado su condición de pobreza.
Al principio, su nueva casa tenía un anexo con piso de tierra, y el resto de cemento, hasta que la encementó completa y se olvidó de "majar" el suelo.
Yubelkys, madre de cinco hijos, y quien vende mabí y gelatina para el sustento económico, recuerda que una mañana, hace tres años, una brigada del gobierno le preguntó si le interesada mejorar el piso de su hogar con una nueva capa de cemento. Aceptó gustosamente porque el suelo de su casa estaba cuarteado. "Yo le agradezco al gobierno porque mi piso estaba malo", dice.
Sin embargo, con el paso del tiempo, Yubelky tiene otra percepción. El nuevo piso se ha deteriorado y agrietado, y ella y su esposo han tenido que rellenar los huecos. "Ellos no lo picaron (el piso) y la regla es picarlo entero para echarlo. Si hubiese sabido dejo el mío", se queja.