viernes, 1 de marzo de 2013

El Mundo Amanece Sin BENEDICTO XVI.


Benedicto XVI, el primer papa que renuncia a su cargo en 600 años, concluyó ayer jueves formalmente un pontificado de ocho años, marcado por los esfuerzos de la Iglesia para dejar atrás los escándalos por abusos sexuales imputados a varios clérigos y para revivir el catolicismo en un mundo que parece cada vez más indiferente a la religión.
En cuanto comenzaron a sonar las campanas, los integrantes de la Guardia Suiza que permanecían vigilantes en la residencia veraniega de Castel Gandolfo cerraron las puertas del palazzo poco después de las 8:00 de la noche (1900 GMT).
Así, se cerró también de manera simbólica un pontificado cuyo final, con una renuncia y no con la muerte, será también parte de su legado. Los miembros de la Guardia Suiza, con sus característicos uniformes a rayas amarillas y azules, cedieron a la policía vaticana la responsabilidad de proteger a Benedicto, mientras algunos fieles en el exterior comenzaban a gritar “íViva el papa! íLarga vida al papa!” El último adiós Más temprano, el papa saludó a los fieles por última vez como pontífice, al decir a la multitud congregada frente a la residencia veraniega que iniciaba la última etapa de su vida como un “simple peregrino”.
Benedicto arribó a Castel Gandolfo tras una emotiva despedida del Vaticano, donde se despidió de la curia vaticana en el patio del Palacio Apostólico. Su colaborador más estrecho lloraba, y la Guardia Suiza lo acompañó en posición de firmes.
Sonaron las campanas cuando el helicóptero con Benedicto a bordo sobrevoló la Plaza de San Pedro. Tañeron nuevamente cuando arribó a la población de las afueras, donde la Piazza central estaba atestada de gente ávida por tomar fotos del momento histórico. Horas antes, Benedicto prometió su “reverencia y obediencia incondicionales” a su sucesor.

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