La gran cantidad de basura que desde el pasado jueves cubre gran parte del litoral del malecón de Santo Domingo es apenas la punta de un ‘iceberg’ muy grande que comienza arriba, en las cuencas, y el hecho de que la ciudadanía pueda verla alegra a los ambientalistas y defensores de las buenas prácticas en la gestión de residuos.
Esto piensa Ginny Heinsen, directora de Sostenibilidad 3Rs y de Programas 3Rs del Centro para el Desarrollo Agropecuario y Forestal (Cedaf).
“El 80% de toda la basura que vemos en la playa viene de la tierra, de las cañadas, de los ríos. No hacemos nada limpiando las playas si no vamos a los ríos”, expresa Heinsen, para quien la limpieza en sí no significa nada si no se ataca primero la fuente, que es el ciudadano común, y con él tres pilares fundamentales: educación, sanciones y consecuencias.
“O sea, todo tiene que ir de la mano. Pero ahora mismo eso no está estructurado. Menos mal que la gente está ahora viendo la basura, que siempre ha estado ahí. Esa siempre ha estado ahí. La playa del fuerte San Gil es la más asquerosa de Santo Domingo”, dice Heinsen a Listín Diario.
Tanto la firma de consultoría ambiental que dirige Heinsen como el Cedaf realizan regularmente jornadas de limpieza con voluntarios y empresas en este punto del litoral, donde se aglomera la mayor cantidad de residuos que bajan arrastrados por la corriente desde los ríos Isabela y Ozama hasta la desembocadura de este último en el mar Caribe.
“Pero yo no llevo a la gente, a los empresarios para que dejen algo limpio, sino para que se sensibilicen. El que ve el problema cara a cara ya no piensa igual”, comenta Heinsen.
Por eso, la auxiliar naval y consultora ambiental considera que el éxito de lo que lamentablemente está pasando ahora es que la gente lo ve.
“Si no lo ves puedes pensar que no hay siquiera un problema. Si no pasan crisis como la del martes, que se taparon los filtrantes y se inundó la ciudad… La masiva cantidad de basura vino a raíz de las últimas lluvias y se acumuló en el puente flotante. El puente lo abrieron ayer (jueves) en la mañana. La corriente choca con la basura y la lleva hasta Güibia y el fuerte San Gil. Gracias a Dios lo estamos viendo. Todo eso viene de las riberas de los ríos Isabela y Ozama, de los municipios, desde el kilómetro 22 de la carretera Duarte va bajando toda esa porquería”.
Desde el viernes, brigadas del Ministerio de Obras Públicas (MOP), el Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN) y el Ministerio de Medio Ambiente han retirado toneladas de basura, en su mayoría plásticos, del malecón.
Un problema de todos
Heinsen señala que lo que ocurre es un círculo vicioso que involucra aspectos como una ciudadanía consciente, la recogida de basura por parte del Ayuntamiento, el pago de este servicio, la disposición final de los residuos y los conflictos que surgen en el pago para la disposición final en los vertederos.
“El problema tiene muchos actores. No tenemos una ley de residuos. Sin esa ley, no va a haber inversionistas o empresarios locales que quieran invertir en todo lo que es el ‘networld’ de la disposición final de los residuos”.