El asesinato del periodista Silvestre, conocido familiarmente con el mote de El Gajo, ha causado una gran tristeza entre sus familiares y miembros de los gremios periodísticos de la región Este, aunque pocos de ellos se han expresado sorprendidos por su muerte.
“A Gajo lo iban a matar, todo el mundo lo sabía, pero él no temía por su vida”, dijo Manuel Cedeño, uno de sus compañeros de Caña TV (Canal 55), donde el periodista producía su espacio. “Por el contrario, cuando más amenazas recibía acentuaba sus ataques contra sectores de poder, empresarios, políticos, funcionarios y jefes militares, que según decía controlaban el negocio de las drogas y del crimen organizado en el Este del país”, precisó.
El director de la revista “La Voz de la Verdad” dedicada la mayor parte de sus páginas a la publicación de denuncias contra el narcotráfico y autoridades judiciales, que, según decía, mostraban mucha venalidad y complacencia contra los regentes del bajo mundo.
Cerca de las 7:30 de la mañana fue interceptado por cuatro individuos a escasos metros de su hogar, mientras caminaba a pie hacia el estacionamiento de su vehículo. Forcejeó con sus agresores y éstos lo hirieron de bala en el abdomen y lo obligaron a montarse en una yipeta Ford Explorer, color crema, según testigos presenciales. Le disparon dos veces más en la cabeza y en el cuello dentro del vehículo y dejaron abandonado su cuerpo en la entrada del batey El Peñón, unos quince kilómetros hacia San Pedro de Macorís. Los investigadores no hallaron casquillos ni otros indicios de balas en el lugar donde estaba el cadáver.
Su hermana Filomena Silvestre, quien lo acompañaba, narró que El Gajo se resistió y que los asesinos de inmediato le dispararon, y lo entraron herido por la fuerza en la yipeta.
El vehículo estaba estacionado aparentemente en espera de Silvestre y los vecinos dijeron que previamente había dado algunas vueltas en el vecindario. El periodista viajaría a San Pedro de Macorís, donde había sido citado por el procurador de la Corte de Apelación de ese municipio para ser interrogado sobre las supuestas amenazas que recibía del fiscal de La Romana, José Polanco, según sus propias denuncias. Antes estuvo preso acusado de difamación por ese mismo fiscal.
Listindiario.com.do
www.PuebloNuevoNews.com